EN ALERTA. Según datos del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) al día de ayer, las lluvias, inundaciones y huaicos se han ensañado con los establecimientos de salud en todo el país: 13 han colapsado, 23 están inhabitables y 90 afectados. Si bien el Ministerio de Salud (Minsa) y Essalud han tomado medidas para afrontar la situación, esta crisis climática ahondará las carencias que el Perú tiene en torno al cuidado de la salud.

Las cifras del COEN dan cuenta de las personas damnificadas y heridas por la catástrofe, pero no de las que han contraído alguna enfermedad por riesgos como el empozamiento, la falta de agua potable y para el aseo personal, la insalubridad en que sobreviven muchos afectados y la escasez de alimentos adecuados (sobre todo para niños y ancianos). A esto hay que añadir que cuando el lodo y el barro secan, el polvo ocasiona la propagación de males respiratorios, ópticos y dermatológicos.

En suma, el peligro del brote de epidemias es latente, y es por ello que el Minsa tiene que reforzar su trabajo, que por ahora parece estar concentrado en brindar recomendaciones a la población. Ya hemos sido testigos de que la falta de prevención en cuestión de infraestructura de defensa cuesta caro, pero será mucho más oneroso demorarse en diseñar y poner en marcha un plan de emergencia sanitaria.

No nos referimos a casos puntuales, como la atención a personas que han contraído el dengue en varias provincias, sino a un programa integral que cubra todas las posibles enfermedades –incluido el impacto psicológico que sufrirán muchos que lo han perdido todo– en todas las zonas que han sufrido los embates de la naturaleza. A fines del año pasado, el Minsa declaró en emergencia sus establecimientos en Lima debido al desabastecimiento de material médico y medicinas; esperemos que esta vez no se repita algo similar.

Se ha anunciado que esta crisis servirá para modernizar la infraestructura de prevención. También tendrá que ser la oportunidad para reestructurar la forma en que los peruanos de recursos medios y bajos acceden a los servicios médicos. Así que más allá de su accionar frente a la emergencia sanitaria, también debemos exigirle al Gobierno que haga lo que sus antecesores no pudieron, o no quisieron: mejorar radicalmente la calidad del cuidado de la salud de todos los peruanos.