Redacción Gestión

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EL SUBE Y BAJA. Buena parte del movimiento del dólar la semana pasada estuvo marcada por el ritmo de los especuladores, como siempre. La tendencia alcista del tipo de cambio, que había durado 17 días, se detuvo en seco el jueves. Y el viernes registró su mayor retroceso en siete años, debido a que la turbulencia de los mercados internacionales, exacerbada por las medidas económicas del Gobierno chino, experimentó un inusual día de calma. Además la Reserva Federal de Nueva York dio muestras de que podía enfriarse la posibilidad de un incremento de la tasa de interés de la Fed en setiembre.

Lógicamente como el río estuvo revuelto, hubo ganancia de pescadores: los grandes inversionistas extranjeros especializados en agitar el mercado cambiario. Todo esto en un escenario en que los bancos han tenido ganancias por la volatilidad del tipo de cambio por S/. 1,470 millones.

A estas alturas, parecen oportunas las medidas adoptadas por el Banco Central de Reserva para reducir la dolarización, política que inició el año pasado –el crédito en moneda extranjera cayó 6.5 puntos porcentuales en julio a 31.8%–. El instituto emisor también estuvo muy activo los últimos días intentando atenuar el "hipo", pues además de sus operaciones habituales, endureció el control de capitales especulativos, específicamente sobre las transacciones con derivados. La SBS también ha puesto de su parte.

¿Evitarán estas medidas nuevos episodios de volatilidad? Lo más probable es que no, pero harán que el mercado cambiario peruano sea un poco más caro y menos voluble al contagioso nerviosismo foráneo. Ya lo dijo el gerente general del BCR, Renzo Rossini, el Perú tiene el mayor nivel de reservas internacionales entre los países emergentes (en relación con el PBI), de modo que la entidad puede seguir interviniendo y no está débil, como señaló recientemente un informe divulgado por un banco de inversión.

Esperemos que la dolarización siga bajando, pues los mayores afectados por estas movidas son las empresas y las personas que se endeudan en esa moneda. Sin embargo, más allá de los especuladores, aún no hay consenso sobre la política que ha seguido el BCR para enfrentar las presiones alcistas.