Redacción Gestión

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Al ritmo de las tic. Mensaje para los precandidatos a la Presidencia, y a los futuros ministros de Educación y de Inclusión Social: la entrega de computadoras a los escolares menores de 14 años no funciona. Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo () realizado en el Perú y citado por un reporte del (FEM), indica que si bien los niños progresan en el uso de computadoras, no existen señales de mejores resultados educacionales. Así que si vemos al próximo Gobierno repartiendo laptops, sabremos que el objetivo detrás de tal generosidad no será muy santo.

El estudio del en mención evalúa la evolución de las tecnologías de la información y la comunicación () en 143 economías y, como era de esperarse, el Perú continúa a la zaga (puesto 90). Las razones son conocidas y entre las más resaltantes figuran la efectividad de la legislación (puesto 140, nada menos), el entorno regulatorio y político, las escasas habilidades para el uso de las y la infraestructura, así como su bajo impacto económico.

¿Por qué es importante tener un adecuado manejo de las TIC? El FEM afirma que actúan como vector de desarrollo social mediante la mejora de los accesos a los servicios básicos, mejora de conectividad y creación de oportunidades de empleo. Entre los ejemplos que cita, figura una empresa colombiana que a través del uso de servicios en la nube ha logrado ampliar su mercado en Sudamérica –incluido el Perú–, mientras que mantiene sus plantas en zonas rurales pobres de su país.

Ahora que el Gobierno trabaja en la diversificación productiva, sería interesante que incida en desarrollar el componente tecnológico y tenga en cuenta que el mundo de los negocios se mueve al ritmo de las TIC. Una empresa que no posea las herramientas modernas para contactarse con el resto del mundo y ofrecer sus bienes y servicios en plataformas virtuales, no podrá competir en igualdad de condiciones.

En cuanto a la educación escolar, lo más efectivo según el BID es profundizar las relaciones humanas y una mayor interacción con el mundo de las ideas y las cosas, algo que las computadoras no pueden hacer.