Redacción Gestión

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Vivienda. La construcción será la última en recuperarse. El BCR proyecta que ese proceso comenzará este trimestre, gracias al mayor gasto público, aunque quizá los mejores tiempos tarden un poco más en llegar para el mercado inmobiliario, afectado por la menor inversión privada, que a su vez es resultado del deterioro de la confianza empresarial y también de los consumidores.

La desaceleración de los créditos hipotecarios es un claro indicador: según el INEI, que utiliza cifras de la SBS, en diciembre aumentaron 12.67% (respecto del mismo mes del 2014), la tasa más baja de todo el 2015, aunque la tendencia se inició mucho antes: las tasas de crecimiento de diciembre del 2012, 2013 y 2014 fueron 22.6%, 21.1% y 15%, respectivamente. Encima, la morosidad de los créditos hipotecarios cerró en 1.99% el año pasado, 0.48 puntos porcentuales por encima del cierre del 2014.

El enfriamiento de la demanda también se aprecia en los retrasos de ventas, que según la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco) suman 15,850 nuevas viviendas que llevan más de diez meses sin ser colocadas, número mayor al registrado en el 2014. Y las ventas estacionales también se han visto perjudicadas, pues el 40% de departamentos construidos en las playas del sur no ha conseguido dueño.

¿Qué debe ocurrir para que la situación se revierta? Como informamos la semana pasada, la confianza del consumidor se encuentra en su nivel más bajo desde julio del 2011, de modo que el mercado inmobiliario tendrá que poner de su parte para recuperar el interés de las personas por adquirir una vivienda. En vista de que la principal preocupación de las familias es el incremento de los precios, habrá que aplicar estrategias que tengan esa variable como principal atractivo.

Ya existen tres nuevos mecanismos que fueron promulgados por el Gobierno para impulsar la venta de viviendas: el alquiler-venta, el leasing inmobiliario y la capitalización inmobiliaria (este último está a la espera de su reglamentación). Pero el interés de los asociados de Capeco no es alentador: solo el 20% aplicaría el primer esquema y apenas el 10%, el segundo. Quizá en los próximos meses, si la semiparalización de sus ventas se agrava, comiencen a cambiar de parecer.