Redacción Gestión

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Referendo."To be, or not to be? That is the question" planteaba Shakespeare en su obra "Hamlet" y, al parecer, muchos años después, sus conciudadanos viven una duda similar. El próximo 23 de junio los habitantes del Reino Unido deberán decidir si salen o permanecen dentro de la Unión Europea (UE). Si bien inicialmente las encuestas eran favorables a la permanencia, hoy la opción de la salida es la que mayor acogida presenta.

El resultado del referendo no es vinculante, pero difícilmente las autoridades irían en contra de lo que la población elija. Sin embargo, se debe tener presente que el Reino Unido está formado por cinco países y la primera ministra de Escocia ya adelantó que, si ellos votan por la permanencia y el Reino Unido decide salir, volverían a realizar un referendo para buscar su independencia.

Estas no serían las únicas complicaciones que la votación del 23 podría generar. Por el momento la libra esterlina se está debilitando y los inversionistas prefieren no hacer nada hasta conocer los resultados finales.

La salida de la UE también implicaría para el Reino Unido salir del mercado único, aunque sus defensores aseguran que podrían negociar un acuerdo que les permita acceder al libre mercado sin tener que aceptar el libre movimiento de personas ni otras regulaciones.

Si bien las verdaderas consecuencias solo se podrán conocer al largo plazo, el Departamento del Tesoro británico ha llegado a la conclusión que de todas maneras inicialmente sufrirían una recesión, aunque no pueden asegurar la dimensión de la misma.

Asimismo, la UE podría perder con la salida del Reino Unido. Para la firma británica de consultoría Global Counsel la UE se convertiría en un socio comercial menos atractivo a nivel mundial y perdería poder internacional. Pero podría implicar por parte de la UE, un esfuerzo por lograr una mayor integración política, a la que el Reino Unido se opone. Lo cierto es que, si se vota por la salida, el proceso para concretarla sería largo y lleno de incertidumbre, lo que afectaría a las economías europeas.

Los análisis revelan que el Reino Unido perdería más de los que ganaría con la salida. El impacto de la decisión ya se siente en la bolsa, en la evolución del dólar y el precio de los metales, por eso todo el mundo está pendiente de este referéndum, pues las repercusiones de la decisión sin duda irán más allá del Viejo Continente.

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