REACTIVACIÓN. El plan de estímulo fiscal que el Gobierno acaba de anunciar es un buen paso. Se trata de seis medidas que tienen como objetivo que el PBI crezca más de 4% este año, en momentos en que tanto las empresas, analistas, bancos y el propio BCR han rebajado sus proyecciones.

En buena hora que el MEF haya planteado inyectar S/ 5,500 millones más para la inversión pública. Sin embargo, el Ejecutivo debe evitar que se repita lo sucedido en el 2009 cuando se dio un shock similar de inversión pública que recién se terminó de ejecutar dos años después. Es importante superar los problemas que se dieron el mes pasado para no tener otro descenso de la inversión pública, tal como advirtió Gestión a inicios de marzo.

Asimismo, en buena hora que el Ministerio de Trabajo haya apostado por fomentar el empleo juvenil sin reducir los beneficios laborales, para lo cual ha optado por subsidiar los aportes a Essalud que deben realizar las empresas. Si bien se trata de una medida adecuada para el corto plazo, la pregunta es: ¿qué tanto esta política de subsidios va a ser el tenor de las reformas laborales anunciadas?

También en buena hora que se haya decidido ampliar la oferta inmobiliaria en el programa Techo Propio porque es un aliento para el sector construcción, sin embargo, como la propia Capeco ha dicho, no es suficiente. También resulta una medida clave dotar de mayores recursos para otorgar créditos a las mypes, pero que solo podrá dar el impacto esperado si es que se implementan rápidamente.

Algunas de las medidas deben ser aprobadas por el Congreso, por lo que hubiese sido conveniente que los proyectos se entregaran el mismo día que se hicieron los anuncios para retrasar lo menos posible su aprobación. Además, aún falta que el Ejecutivo termine de publicar los reglamentos de varios decretos legislativos ya promulgados y difundir ampliamente los beneficios de las propuestas de este nuevo plan de estímulo, lo que no se logró con las normas dadas al amparo de las facultades del Congreso.

El ministro de Economía ha señalado que se mantendrá la meta fiscal de 2.5% del PBI y confía que las medidas tributarias se reflejen en una mayor recaudación, tarea nada fácil, pues las cifras de los ingresos tributarios aún muestran claras señales de la desaceleración.