PROYECTOS. La presidenta del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz, se presentará hoy junto al (parcialmente) remozado Gabinete ante el Congreso para exponer su programa de trabajo y solicitar el voto de confianza que le permita ponerlo en práctica. Se anticipa un debate en el que le lloverán críticas al presidente Kuczynski por haber calificado de circenses a las comisiones investigadoras del Legislativo, lo que probablemente relegue a un segundo plano la discusión de la agenda que este poder del Estado deberá coordinar con el Ejecutivo.

El presidente del Congreso, Luis Galarreta, ha destacado el consenso de todos los grupos políticos y del Ejecutivo para plantear los temas de la agenda legislativa, los que girarán en torno a la economía, reforma de instituciones públicas, fiscalización, lucha contra la corrupción, reforma electoral, etcétera. Pero, en realidad, son los mismos temas que se ponen sobre la mesa todo el tiempo –y que fueron materia del paquete de decretos legislativos que el Ejecutivo promulgó a fines del año pasado–.

Por ello, el gran aporte del Congreso será transformar esa agenda difusa en leyes que efectivamente apuntalen los esfuerzos del Gobierno por implementar las reformas que el país necesita. Si bien las leyes por sí solas no son garantía de cambio, el marco normativo que ellas delimitan y definen constituye el primer paso. Y esa es una obligación del poder Legislativo, que lamentablemente no ha estado muy activo en proponer iniciativas dirigidas a resolver nuestros problemas estructurales.

En cambio, el Ejecutivo sí ha estado muy activo en elaborar y presentar proyectos de ley. El anterior premier, Fernando Zavala, informó días antes de su salida del Gobierno que el Congreso ya tenía cuatro proyectos a la espera de ser debatidos y que presentaría otros ocho, todos ellos orientados a reactivar la economía –algunos con impacto en el corto y mediano plazo y otros con alcance de largo plazo–. También hay que recordar los cinco proyectos que el presidente PPK entregó el 28 de julio, así como los presentados por Bruno Giuffra cuando era ministro de la Producción, y por el ministro de Trabajo, Alfonso Grados.

A pesar de que se trata de iniciativas que buscan reformas en áreas como el mercado laboral, formalización empresarial, tributación y finanzas, aún no son debatidas. En otras palabras, el Congreso no tendrá que comenzar desde cero y, además, contará con una oportunidad para revertir la opinión del 58% de la población que no cree que se vaya a alterar la tirante relación entre el Ejecutivo y la oposición.