SITUACIÓN POLÍTICA. Hace casi un año, en su primer discurso como presidente, Pedro Pablo Kuczynski esbozó los lineamientos de su plan de trabajo. Doce meses después, queda claro que eran solo frases esperanzadoras, pues en muy pocos casos se logró iniciar la implementación de las propuestas.

Es verdad que jugaron en su contra algunos factores externos como el fenómeno de El Niño costero o el caso Lava Jato, pero la mayoría de yerros se dio al interior del Gobierno. Sin duda, la realidad sobrepasó a Kuczynski y su equipo, por lo que corresponde ahora una revisión serena y responsable de lo hecho durante el primer año para cambiar el rumbo y ajustar más de una política de trabajo en diversos sectores, además de un necesario relevo en parte del equipo ministerial.

"Acceso a oportunidades; crecimiento, no solo económico sino también humano a través de educación; una prestación de salud sensible; una justicia oportuna y predecible, así como las condiciones de seguridad para alcanzar la paz" fueron parte de las propuestas en las que no hemos podido apreciar avances, pues el Ejecutivo no encontró la manera de llevarlas adelante. Si al menos en el segundo año de Gobierno se dieran algunos resultados en la dirección planteada hace un año se despertarían nuevamente las expectativas de que en los próximos cuatro años el país registrará un avance.

En los próximos seis meses el país estará muy atento al devenir político: el Gobierno tendrá que hacer más de un cambio en el Gabinete y resolver de manera definitiva si otorga o no el indulto a Fujimori. Además, se conocerá si el diálogo entre el Gobierno y Fuerza Popular dará frutos y si Kenji logra convencer a su bancada de tender puentes. Asimismo, se empezarán a delinear los escenarios de lo que serán las próximas elecciones regionales y municipales, pues a fines de año se vislumbrará más de una alianza, se verá qué partidos logran consolidarse, cuáles pasarán al olvido y nuevos protagonistas pueden hacer su aparición.

En el segundo semestre de este año también es probable que haya un incremento en las protestas sociales, radicalizándose más de una, como ya sucede. El Gobierno tendrá que demostrar que puede encontrar la forma de controlarlas. Si bien enfrentar todos estos problemas requerirá que el Ejecutivo aprenda a tener un buen manejo político, también serán necesarios los resultados económicos. Sin recuperación económica el ruido político será mayor.