Redacción Gestión

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Reforma laboral. A casi un mes de las elecciones, es lamentable que los candidatos se hayan dedicado a dispararse a los pies y mostrar los errores del contrincante y no a revelar qué harán de ganar la segunda vuelta. No es triunfalista contar con equipos armados y tener decidido quiénes asumirán los ministerios más importantes, pues el reto de la amerita que se empiece a trabajar desde el primer día.

Más allá de propuestas aisladas, no se ha escuchado claramente qué y, sobre todo, cómo se harán los cambios que el país requiere, por ejemplo, en materia laboral y más específicamente en temas fundamentales, como seguridad social, servicio civil y formalización.

La reciente norma sobre disponibilidad de los fondos del sistema pensionario privado ha dejado en evidencia que se requiere una reforma integral al sistema de seguridad social que incluya tanto al público (ONP) como al privado (AFP). Se requiere un sistema inclusivo, que se aplique a todos los trabajadores, no solo a los dependientes sino también a los independientes, que deberán comprender las ventajas de aportar para su vejez.

¿Cómo hacerlo? Quizás no sea necesario inventar nada nuevo sino mirar las experiencias de otros países que muestran esquemas con un aporte mínimo (sea del Estado o solidario), una contribución obligatoria que puede ser solo del trabajador o del trabajador y el empleador y, finalmente, una contribución voluntaria de cada trabajador. Estos fondos pueden ser administrados por las AFP, que han mostrado que el esquema de fondos personales sí funciona.

En el caso de la Ley de Servicio Civil, se requiere avanzar en su implementación para que la reforma iniciada no se paralice, a la par de generar los mecanismos necesarios para que no exista fuga de talentos en los organismos técnicos incorporados a la ley por el Tribunal Constitucional.

En materia de microempresas, el actual Gobierno casi no ha hecho nada, por lo que se requerirá redoblar esfuerzos para generar incentivos y asistencia técnica para la formalización de este sector. Y en el caso de las empresas medianas y grandes, si bien se trata del sector más formal, es también el más rígido, por lo que deben plantearse reformas integrales que sigan promoviendo la inclusión de los trabajadores en planillas. La reforma laboral no es fácil pero es urgente.

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