Por Walter Aguirre
Socio principal de Aguirre Abogados y Asesores
La pandemia viene generando un impacto en el terreno de las fusiones y adquisiciones empresariales en el Perú. Grupos empresariales empiezan a desprenderse de algunas de sus marcas para enfocarse en su core business —como es el caso de la venta de Mr. Sushi y Chifa Express por parte del grupo Grameco, dueño de Rosatel— y diversos modelos de negocio relacionados a la tecnología y al delivery vienen ganando terreno en el mercado transaccional a causa de la emergencia sanitaria.
Diversos expertos afirman que, aunque la pandemia redujo el movimiento de M&A en el Perú, este mercado aumentará su dinamismo en los próximos meses, más aún con la postergación para el 2021 de la Ley de Control Previo de Fusiones y Adquisiciones, otorgando así al sector empresarial una importante herramienta para sobreponerse a la actual crisis económica.
Ahora bien, en todo proceso de M&A, el due diligence de la empresa target juega un rol crítico para una transacción exitosa. Se trata de un mecanismo que otorga al inversionista una fotografía exacta que no solo revela contingencias y posibles ajustes al precio, sino que también determina situaciones que podrían frustrar la adquisición. Este proceso resulta un componente clave para tomar la decisión de adquirir o fusionarse con otra empresa y para que la compañía adquirente se encuentre en condiciones de maximizar los resultados esperados, especialmente en una coyuntura marcada por la pandemia.
La actual coyuntura hace que el due diligence tome un giro más que importante, con aspectos diferentes a tiempos normales que el inversor deberá tomar minuciosamente en cuenta. Por ejemplo, tendrá que verificar que la empresa que pretende adquirir cumpla de forma integral con las obligaciones laborales originadas durante el EE en materia de contratación y despido de trabajadores, suspensión de labores, compensación de horas, seguridad y salud en el trabajo, entre otros aspectos.
En los temas contractuales deberá evaluar la correcta modificación de los contratos con proveedores y clientes, debido la renegociación de las obligaciones de cada una de las partes. Lo mismo, frente a las instituciones financieras por préstamos obtenidos con anterioridad y que hayan sido refinanciados. Será imprescindible revisar que la empresa haya cumplido con sus obligaciones fiscales, como la correcta refinanciación de deudas, en caso las hubiera; fraccionamiento y postergación del pago de impuestos, presentación de declaraciones juradas, así como el cumplimiento de otras formalidades frente a la Administración Tributaria – SUNAT.
Si es que la empresa se acogió a alguno de los beneficios otorgados por el Gobierno, el inversionista deberá corroborar el cumplimiento de los requisitos exigidos por programas como Reactiva Perú o el Fondo de Apoyo Empresarial (FAE-Mype), así como para aplicar a las facilidades para el cambio de giro de negocio, nuevas licencias y permisos o cumplimiento de los protocolos y lineamientos para el reinicio de actividades. En el caso de las empresas relacionadas a los rubros e-commerce y delivery, que vienen adquiriendo mayor valor durante la pandemia, es importante revisar el debido cumplimiento a las normas de Protección al Consumidor y Protección de Datos Personales.
En conclusión, para que un due diligence derive en una transacción exitosa, tanto el inversionista como la empresa target, deberán verificar el cumplimiento de los aspectos mencionados, los cuales cobran especial importancia en un escenario que a pesar de la crisis, abre importantes oportunidades para la reactivación económica del país.