Elaborado por Credicorp Capital
Cuando suceden eventos tan importantes para la economía como una guerra, el descubrimiento de alguna nueva tecnología o el brote de una nueva enfermedad que podría convertirse en pandemia, en el mercado financiero estamos prácticamente obligados a evaluar estos sucesos e intentar anticipar su impacto económico, por lo que en Credicorp Capital nos hemos dedicado a aprender sobre esta nueva enfermedad.
¿Qué sabemos del coronavirus?
Es una nueva cepa de neumonía que se expandió desde un mercado de comida en Hubei (China) en el cual se vendían animales salvajes. Inicialmente, la única forma de contagio del virus era a través de animales. Sin embargo, el virus ganó la capacidad de contagiarse entre humanos.
De hecho, el virus es mucho más contagioso que el histórico SARS. A la fecha, el coronavirus ya ha contagiado a más de 45,000 personas, mientras que el SARS en el 2004 contagió solo a algo más de 8,000 personas. El coronavirus tiene, afortunadamente y gracias al tratamiento médico, una tasa de mortalidad menor. Este nuevo virus tiene una tasa de mortalidad de 2% en contraste con el SARS que fue de 9.56% y del ébola que fue de casi 40%.
La enfermedad es tan contagiosa, en parte porque el periodo de incubación es asintomático y dura aproximadamente 14 días. Estos 14 días son muy relevantes, ya que esta semana se cumplen 14 días desde que se decidió cerrar todas las fábricas en más de la mitad de China.
¿Qué impacto tiene en la economía?
En China, el impacto directo provendrá de una menor demanda interna, pues tener a parte de la población en cuarentena reduce el consumo interno (ventas minoristas) y el flujo de turistas locales y extranjeros, en un periodo donde estos dos rubros típicamente repuntan por cuenta de la celebración del año nuevo chino.
Adicionalmente, el cierre de las empresas estas últimas dos semanas reducirá considerablemente la producción manufacturera, pieza clave del PBI chino. Así, estimamos que el crecimiento de China, en el primer trimestre, caerá desde un esperado de 5.9% a un rango entre 4% y 4.6%.
El impacto negativo también se verá reflejado en los países donde China representa una demanda relevante para sus bienes y servicios. En efecto, EE.UU. y Europa venden buena parte de sus exportaciones al gigante asiático, además de recibir una considerable cantidad de turistas chinos. Estos rubros deberían verse reducidos en el corto plazo. Sin embargo, son los países emergentes probablemente los que están más vulnerables, pues sus exportaciones tienden a estar menos diversificadas, y en algunos casos, concentradas en China.
Así, países como Corea del Sur, Malasia y Vietnam verán reducida la demanda por sus piezas electrónicas y semiconductores, mientras que en Oriente Medido caerá la demanda por energía para ciertos países petroleros como Omán y Angola. En Latinoamérica debería caer la demanda desde China para productos como la soya cultivada en Brasil y el cobre extraído en Chile y Perú.
Corto plazo
No obstante, debemos recalcar que esperamos que la epidemia sea un factor económico de corto plazo, que no cambia nuestra perspectiva frente a que los países emergentes mostrarán mejores tasas de crecimiento en el 2020. Teniendo en cuenta que el conteo de casos reportados de coronavirus está comenzando a desacelerar, y remarcando la corrección que han mostrado las bolsas emergentes, golpeadas por el miedo a una escalada descontrolada de la enfermedad, consideramos que a los precios actuales es un buen momento para aumentar la exposición de los portafolios a activos emergentes.
Adicionalmente, bancos centrales y gobiernos de estas economías han empezado a cuantificar el impacto negativo de la enfermedad en el crecimiento, lo cual ha abierto la puerta a mayores estímulos fiscales y monetarios, encabezados por China.