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BAJO LA LUPAFrancisco Galdos Anduaga, gerente general de CCR Perú

Mucho se ha hablado respecto a la en el 2014 y, efectivamente, la misma se percibe en diferentes industrias cuyos voceros han mostrado cifras que indican una contracción.

Recientemente presentamos los resultados de un estudio que evalúa el comportamiento de las ventas de las principales categorías de en el mercado de Lima desde el año 2010. Con el fin facilitar el análisis agrupamos las categorías en cuatro macrocategorías: alimentos, bebidas (incluye cervezas), cuidado personal y cuidado del hogar.

En términos agregados, las ventas mostraban un crecimiento ponderado semestral de 3% desde el 2010, sin embargo, en el primer semestre del 2014 muestran una contracción del 4%. El impacto estaría dado por la categoría de bebidas (-7%), alimentos (-2%) y cuidado del hogar (-2%). La única macrocategoría con crecimiento sería la de cuidado personal con 2%. A la luz de los números, la contracción en el consumo es innegable.

Sin embargo, cabe hacernos algunas preguntas: ¿cómo se pueden reducir las ventas de alimentos y bebidas? ¿Estamos comiendo menos? ¿Estamos bebiendo menos? ¿Tiene el ruido de la desaceleración algún efecto y es responsable de estos resultados? ¿Hay otros factores en la ecuación?

Nuestra hipótesis es que efectivamente tanto hablar de desaceleración desacelera. Como consecuencia de ello, el consumidor está pasando por un fenómeno de migración que va de presentaciones de mayor a menor precio (marcas blancas y ofertas en supermercados y moderación en la compra en el mercado tradicional).

También hay otros factores relacionados con estilos de vida y tienen que ver con los . Una sociedad mejor informada profundiza cambios en sus tendencias de consumo. La desaceleración de las ventas de la categoría de gaseosas puede ser un ejemplo de cómo esta migración hacia productos "más saludables" viene afectando a la categoría que registra una tendencia decreciente desde el 2012 mientras que la del agua envasada se mantiene positiva.

Con el fin de entender mejor la percepción de los y validar nuestra hipótesis realizamos un estudio a 800 hogares en todos los distritos de Lima, que comprendía los NSE A2, B, C y D.

Cuando consultamos por su percepción sobre el desempeño de la en los últimos seis meses encontramos que un 28% percibía que la economía había empeorado versus un 19% que pensaba que estábamos mejor. El mayor impacto lo sentían las mujeres (34% versus el 22% de los hombres). Desde el punto de vista geográfico, las percepciones de mayor impacto estaban en las zonas Sur (Chorrillos, SJM, Villa María del Triunfo, etc.) y Este (Ate, Santa Anita, SJL).

Cuando profundizamos y consultamos sobre el desempeño de la economía familiar en los últimos seis meses, curiosamente, encontramos que solo un 16% indicaba que la economía familia había empeorado contra un 23% que pensaba que había incluso mejorado. No encontramos diferencias significativas en grupos, zonas geográficas, NSE ni en géneros.

Pareciera ser que las noticias sobre la desaceleración que tiene el Perú están creando una percepción negativa en los consumidores, sin embargo, esta desaceleración todavía no es percibida en toda su magnitud a nivel de hogares.

La buena noticia es que las expectativas para el segundo semestre son buenas. Con respecto a la economía nacional, un 31% considera que la situación será mejor o mucho mejor. Esta cifra es incluso mayor a la que se tenía en el primer semestre del 2013 cuando estas expectativas las tenían solo el 28% de los hogares.

Nada más real para medir la economía que el consumo de las principales categorías utilizadas por los peruanos, por lo que acompañaremos su evolución con la expectativa de que cerremos el año con números más auspiciosos y recuperemos el terreno perdido.