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Perú y México, hacia una asociación estratégica

Por José Antonio Meade KuribreñaSecretario de Relaciones Exteriores de México

_¡Sierra de mi Perú, Perú del mundo,y Perú al pie del orbe; yo me adhiero!_César Vallejo

El Perú es un país que, por muchas razones, suscita entre los mexicanos sentimientos de admiración, aprecio y solidaridad. Heredero de una de las grandes civilizaciones de América y del mundo; cuna de pensadores y artistas de trascendencia universal; nación latinoamericana que busca forjar un futuro de equidad, libertad y prosperidad para su pueblo: comparte con tantos rasgos de identidad que, en este caso, la expresión "países hermanos" cobra pleno sentido.

Conscientes de la profunda afinidad de historia, cultura y valores entre ambos pueblos, y de las oportunidades que ofrece el momento actual, los presidentes y acordaron conferir a la relación bilateral entre el Perú y México un carácter prioritario. Por ello, decidieron establecer una asociación estratégica que profundice las relaciones políticas, económicas y de cooperación entre ambos países y aproveche, en beneficio mutuo, sus numerosas convergencias.

El Perú atraviesa, desde hace algunos años, por un período de consolidación política, crecimiento económico y desarrollo social sin precedentes. Las fortalezas de la economía peruana –vastas riquezas naturales, continuo desarrollo de los sectores industrial, agroindustrial y de servicios, firme estabilidad macroeconómica– han sido la base de su expansión en el pasado reciente y nos permiten anticipar la continuación de esta fase de crecimiento durante los años por venir.

México ha sido parte de esta historia de creciente prosperidad en el Perú. En poco más de una década, el comercio entre los dos países se multiplicó por seis y hoy mantiene esa misma tendencia positiva. El capital mexicano invertido en el Perú también se ha incrementado de manera sostenida hasta hacer de este país andino el segundo destino de las inversiones mexicanas en América Latina. La sociedad económica que hemos forjado mediante el Acuerdo de Integración Comercial –en vigor desde inicios de 2012– nos permitirá fomentar aún más, en los próximos años, los flujos comerciales y de inversiones –lo que significa más y mejores empleos– así como elevar su rentabilidad.

Las circunstancias son igualmente favorables en México. Durante 2013, gracias a la madurez de las principales fuerzas políticas del país representadas en el Congreso, se logró aprobar un conjunto de reformas estructurales de gran trascendencia en ámbitos vitales para el desarrollo: educación, mercados financieros, telecomunicaciones, política fiscal, energía y mercado laboral, entre otros. Esta renovación del marco jurídico –que aún debe traducirse en nuevos ordenamientos legales en diversos ámbitos– permitirá impulsar el crecimiento económico y el desarrollo social del país, así como sus vínculos con el resto del mundo. De este modo, México aspira a consolidarse como una nación en paz e incluyente, una sociedad que goza de educación de calidad y prosperidad, un estado que, en la conducción de sus relaciones con el exterior, no sólo busca beneficios propios, sino que actúa con sentido de responsabilidad global.

Hace algunos meses, en sus cálidas palabras con motivo de una ceremonia conmemorativa de la Independencia de México realizada en Lima, el Presidente Humala declaró que las pasan por "el momento más importante" en su historia. Esa convicción es compartida por el gobierno de México, junto con la voluntad de continuar profundizando los sólidos vínculos que unen a ambos países.

La visita de trabajo que hoy tengo el honor de realizar en Lima nos permitirá avanzar en la conformación de la asociación de carácter estratégico que nuestros mandatarios han determinado establecer en beneficio de ambas sociedades. Y me permitirá, igualmente, reiterar, en nombre del Presidente Peña Nieto, la invitación para que el Presidente Ollanta Humala realice, tan pronto como sea conveniente, una visita a México.

Me honra visitar el Perú, esta tierra "telúrica y magnética" que evocara, con sincero y profundo orgullo César Vallejo –tierra que tantos atributos comparte con México– para cumplir con el propósito de acercar aún más a dos países hermanos que buscan construir un futuro de prosperidad para sus pueblos.