China
China

Disturbios, sequía, inestabilidad social: los mercados emergentes nunca son fáciles. Ahora los inversionistas enfrentan una prueba potencialmente más grande: deben determinar si la decisión del presidente Xi Jinping de permanecer en el poder en es un momento de riesgo bajo o alto para toda la clase de activos.

El Partido Comunista se dispone a eliminar este mes los límites a los mandatos presidenciales en una medida que permitiría al presidente de 64 años gobernar más allá de 2023 y tal vez de por vida.

Un factor que podría ser positivo para los inversores es que el cálculo del riesgo político en China se vuelva mucho más simple. Guanxi, o conexiones, ha jugado un papel clave durante mucho tiempo. Las empresas asociadas a las familias políticas de los antiguos líderes Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Wen Jiabao han florecido.

, cuyo presidente -Wu Xiaohui- estaba casado con una de las nietas de Deng, creció rápidamente para convertirse en la tercera mayor aseguradora de China, vendiendo hasta un 87% de sus productos a través de canales bancarios. Los competidores, ante la falta de ese atajo, tuvieron que implementar el modelo estándar de agente de ventas y crecieron con mucho mayor lentitud.

Con activos que ascienden a casi el 3.4% del PBI de China, Anbang fue tan agresiva en la compra de acciones bancarias en mercados públicos -y en la utilización de su influencia sobre esas instituciones para vender incluso más productos de seguros- que en enero la Comisión Reguladora Bancaria de China tuvo que emitir rápidamente una "medida interina" que prohíbe a las aseguradoras poseer más del 5% de las acciones de un banco.

Ahora, solo importa una conexión política: la del propio presidente. Por lo tanto, es menos probable que veamos que una Anbang represente riesgos sistémicos para el ya frágil sistema bancario de China.

Los optimistas podrían esperar que Xi use su poder consolidado con el fin de impulsar los cambios necesarios para que los gobiernos locales y las empresas estatales de China, con altos niveles de deuda, logren una posición más sólida.

Esto importa, porque el “momento Minsky” de China está por llegar. Los bonos vendidos por vehículos de financiamiento del gobierno local (LGFV, por sus siglas en inglés), para financiar proyectos para los cuales los municipios tienen presupuestos insuficientes, comenzarán a vencer este año. De acuerdo con datos de Bloomberg, los LGFV han emitido al menos 4,000 bonos, por un total de US$ 168,000 millones, respaldados con solo US$ 9,700 millones en ganancias anuales.

Es necesario que los pesimistas pregunten si los inversionistas han incorporado suficiente riesgo político.

En el último año, los mercados emergentes -algo que costaba vender hace cuatro años- repuntaron junto con las perspectivas económicas mundiales. 

Atraídos por un crecimiento de las ganancias estimado en un 23% para este año, los inversores impulsaron el índice MSCI de mercados emergentes a 16.7 veces las ganancias históricas, muy por encima del promedio de 10 años de 13.6 veces. 

Mientras tanto, las naciones en desarrollo desde Argentina -propensa a los incumplimientos- hasta Costa de Marfil (que sobrevivió a un motín en el Ejército) encontraron una fuerte demanda para bonos a largo plazo.

¿Estamos siendo demasiado complacientes en un espacio que ahora tiene el riesgo de una persona clave? China no es Argentina ni Costa de Marfil. Hace cuatro años, el país representaba poco más del 15% del Índice MSCI de mercados emergentes; este año, es un tercio.

Si China estornuda, toda la clase de activos se resfría.

Hasta ahora, Xi se ha mantenido en gran medida al margen en materia económica, aparte de impulsar su amado programa del Cinturón y la Ruta de la Seda, que alienta el desarrollo de infraestructura de mercados emergentes con fuertes compromisos asociados.

Pero no lo olvide: Rusia entró en una recesión en el 2015 después de que la comunidad internacional sancionara la invasión a Crimea de Vladimir Putin; la lira turca se debilita cada vez Recep Tayyip Erdogan se enfrenta con el banco central por las tasas de interés y la inflación. Ambos presidentes se han mantenido más allá de sus períodos constitucionales.

Entonces, si bien los operadores que no eran adultos cuando la Unión Soviética colapsó podrían inclinarse por celebrar a Xi, deberían tomar en consideración este gran nuevo riesgo que representa una persona clave.

Por Paul Sillitoe

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.

TAGS RELACIONADOS