La petrolera estatal venezolana ha limitado los daños producidos por una caída sin precedentes en sus exportaciones petroleras mediante la transferencia de barriles entre tanqueros en el mar y el despacho de buques desde la vecina Cuba para evitar incautaciones de activos.


Venezuela registra este año la tasa más baja de producción de petróleo en tres décadas después de una prolongada falta de inversión y un éxodo masivo de personal.


El colapso de la empresa estatal está dejando al país sin dinero para financiar al gobierno chavista de Nicolás Maduro, contribuyendo a la crisis económica de la nación socia de la OPEP.


Los problemas de PDVSA se agravaron en mayo cuando la petrolera estadounidense comenzó a embargar activos de PDVSA en el Caribe en busca del pago de un laudo arbitral de US$ 2,000 millones.


Un panel de arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional ordenó a PDVSA compensar a Conoco por la expropiación en el 2007 de los activos venezolanos de la empresa.


La retención de activos y cargamentos dejó a PDVSA sin acceso a instalaciones como la refinería Isla en Curazao y la terminal Bopec en Bonaire, desde las cuales se despachaba casi una cuarta parte de las exportaciones de la compañía.


Las acciones de Conoco también obligaron a PDVSA a cesar el envío de petróleo en buques propios y rentados a terminales en el Caribe y desde allí a refinerías de todo el mundo, para evitar el riesgo de que los cargamentos fuesen incautados en aguas internacionales o en puertos extranjeros.


En cambio, PDVSA solicitó a sus clientes que fletaran embarcaciones para carga en puertos venezolanos o mediante transferencias desde tanqueros que están actuando como unidades de almacenamiento flotante cerca de sus terminales domésticos.


La compañía estatal dijo a algunos clientes a principios de junio que podría imponer fuerza mayor, una suspensión temporal de los contratos de exportación, a menos que aceptaran tales transferencias de barco a barco.


PDVSA también solicitó a los clientes que dejaran de enviar buques a sus terminales hasta que cargasen los que se aglomeraban a lo largo de las costas de Venezuela.


Inicialmente, los clientes estaban reacios a realizar las transferencias debido a los costos, preocupaciones de seguridad y la necesidad de contar con equipo especializado y tripulación con experiencia.


Pero PDVSA ha logrado exportar alrededor de 1.3 millones de barriles por día (bpd) de petróleo desde principios de julio, frente a 765,000 bpd en la primera mitad de junio, según datos de Thomson Reuters y documentos internos de PDVSA vistos por Reuters.


Eso representa el 59% de los 2.19 millones de bpd que PDVSA estaba obligada por contrato a suministrar a sus clientes de exportación en ese período, lo que ha impedido que el congestionamiento de embarcaciones en espera de petróleo venezolano disminuya apreciablemente.


Esta semana, cerca de dos docenas de tanqueros esperaban cargar más de 22 millones de barriles de crudo y productos refinados en los puertos más grandes del país, según datos de Reuters.


"No nos amarramos a tener una sola opción disponible de un determinado terminal de embarque", dijo el presidente de PDVSA, Manuel Quevedo, sobre las exportaciones de la compañía.


"Tenemos varios (terminales) en nuestro país, tenemos en las islas del Caribe. Por supuesto eso nos facilita el envío de crudo y cumplir con los compromisos".


Conexión cubana
PDVSA también ha utilizado una ruta a través de Cuba para aliviar el impacto de las incautaciones de Conoco. Esa ruta es para la exportación de combustible, en lugar de crudo.


La empresa venezolana ha utilizado una terminal en el puerto de Matanzas como conducto principalmente para la exportación de fueloil, de acuerdo con dos personas familiarizadas con las operaciones y los datos de envío de Thomson Reuters.


El combustible venezolano se utiliza en algunos países para generar electricidad.


Dos tanqueros partieron desde de Matanzas con destino a Singapur entre mediados de mayo y principios de julio, según datos de Reuters. Cada uno transportaba alrededor de 500,000 barriles de combustible venezolano, según datos de Reuters. En los últimos meses, Venezuela ha enviado combustible a Matanzas en pequeños lotes, según los datos.


PDVSA y la petrolera estatal cubana Cupet han utilizado Matanzas para almacenar crudo y combustible venezolano en el pasado, pero las exportaciones desde esa terminal a destinos asiáticos son raras.


Eso se debe en parte a que los barcos que tocan puertos cubanos no pueden atracar en Estados Unidos durante 180 días debido al embargo comercial del país norteamericano a Cuba. Cupet no respondió a las solicitudes de comentarios.


PDVSA también ha usado transferencias de barco a barco para cumplir un inusual contrato de suministro que tiene con la refinería cubana de Cienfuegos.


La refinería data de la década de 1980, cuando Cuba era un aliado cercano de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, y la instalación fue construida para procesar crudo ruso.