La CE reconoce que sus simulaciones de escenarios mucho peores que el esperado cuentan con “importantes limitaciones”, especialmente en el más negativo, porque el entorno económico está sujeto a una elevada incertidumbre derivada de la guerra rusa en Ucrania.
La CE reconoce que sus simulaciones de escenarios mucho peores que el esperado cuentan con “importantes limitaciones”, especialmente en el más negativo, porque el entorno económico está sujeto a una elevada incertidumbre derivada de la guerra rusa en Ucrania.

Un corte total del gas procedente de Rusia hundiría el crecimiento económico de la eurozona, que sería prácticamente nulo, y dispararía la inflación por encima de 9%, según el escenario más negativo de las nuevas previsiones macroeconómicas que la Comisión Europea (CE) publicó este lunes.

El escenario base del Ejecutivo comunitario apunta a una expansión del Producto Bruto Interno (PBI) de la zona euro de 2.7%, más de un punto por debajo de su cálculo anterior, pero este crecimiento se evaporaría prácticamente entero ante un eventual corte súbito del suministro de gas ruso y se situaría en un escaso 0.2%.

Además, el incremento de los precios, que las autoridades comunitarias estiman en sus nuevas proyecciones en un 6.1%, subiría en tres puntos y superaría el 9% en caso de materializarse el escenario “severo” que recogen las previsiones macroeconómicas de primavera.

La CE reconoce que sus simulaciones de escenarios mucho peores que el esperado cuentan con “importantes limitaciones”, especialmente en el más negativo, porque el entorno económico está sujeto a una elevada incertidumbre derivada de la guerra rusa en Ucrania.

En todo caso, el informe de la CE advierte de que en caso de “disrupciones a gran escala” en las importaciones de gas desde Moscú y con unos precios tanto del gas como del petróleo superiores a lo esperado, el deterioro sobre la economía europea sería “sustancial” y el ajuste a corto plazo sería “extremadamente costoso”.

Este escenario “severo” está basado en las “limitadas posibilidades” para sustituir el gas ruso porque estas importaciones “dependen en gran medida de infraestructuras específicas”, como gasoductos o terminales de gas natural licuado (GNL), así como en el hecho de que “otros países productores no pueden aumentar sus ventas lo suficientemente rápido para compensar totalmente” un corte del suministro ruso.

Preguntado por si este camino llevaría a la eurozona a una situación de estanflación (elevado incremento de los precios sin expansión económica), el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, descartó que este sea el escenario base de la CE, en el que no existe un “crecimiento en territorio negativo”, pero reconoció que las estimaciones más pesimistas acercarían esta posibilidad.

No soy un gran defensor de la palabra estanflación porque la palabra se utilizó en circunstancias pasadas y muy diferentes, pero efectivamente tenemos una inflación muy alta y un crecimiento bastante bajo”, expresó.

Nuevas previsiones

Las nuevas previsiones de la CE, no obstante, apuntan a una situación mucho menos negativa en la que tanto el PIB de la moneda común como el del conjunto de la UE se expandirían este año un 2.7%, frente al 4% que las autoridades comunitarias estimaban en febrero, mientras que la inflación sería de 6.1% y 6.8%, respectivamente.

A pesar de que la guerra está minando la actividad económica de todos los socios del bloque, todos ellos mantendrán tasas positivas en su PBI, con Portugal (5.8%), Irlanda (5.4%), Malta (4.2%), España (4%), Austria (3.9%) y Eslovenia y Polonia (3.7%) liderando la clasificación.

Por el contrario, los Estados miembros con el crecimiento económico menos acusado en el 2022 serían Estonia (1%), Alemania y Finlandia (1.6%), Lituania (1.7%), República Checa (1.9%) y Bélgica y Letonia (2%).

Además de la profunda revisión a la baja de las expectativas de crecimiento, Bruselas también ha duplicado en sus nuevas estimaciones la inflación media para este año, que sitúa ahora en 6.1% en la zona euro y en 6.8% en la UE, aunque cree que el pico será en el segundo trimestre de este año y después se moderará.

Con respecto al comportamiento del déficit, el Ejecutivo comunitario calcula que descenderá hasta el 3.7% del PBI en la eurozona y 3.6% en la UE este año y a 2.5% en ambas zonas en el 2023. La deuda, por su parte, continuará su senda descendente hasta 95% y 93% del PBI en la zona euro y al 87% y 85% del PBI en la UE este año y el próximo.

También se mantendrá, según la CE, el comportamiento positivo del desempleo, que disminuirá este año y el siguiente hasta unas tasas de 7.3% y de 7% en la eurozona y hasta el 6.7% y 6.5% en el conjunto del bloque.