La Comisión Europea propuso el martes una serie de medidas para reforzar el apoyo a la industria del vino, uno de los sectores de la agricultura y la alimentación más afectados por la pandemia de COVID-19.

Los productores vitivinícolas estarán exentos de ciertas normas antimonopolio de la Unión Europea durante un máximo de seis meses, lo que les permitirá planificar conjuntamente la producción, el almacenamiento o las actividades de promoción.

El Ejecutivo de la UE aumentará al 70% la contribución del bloque a la financiación de los programas nacionales de apoyo al sector, en lugar del 60% actual.

La Comisión dijo que también permitirá a los países de la UE desembolsar pagos por anticipado para cubrir los costes de almacenamiento y permitir a los productores destilar el vino para convertirlo en alcohol para su uso industrial o para elaborar biocombustible.

Se prevé que el consumo de vino en Europa caiga un 8% este año, con un impacto particularmente duro sobre los espumosos y los de cosecha de mayor precio, según previsiones de la Comisión Europea de abril, ya que no se espera que el consumo doméstico compense las pérdidas de ventas en restaurantes y bares.

La Comisión también dijo que espera que las exportaciones de vino se reduzcan en un 14%, afectadas por la caída de la demanda y los aranceles adicionales de Estados Unidos.

El organismo europeo ya ha permitido que los programas de apoyo al mercado existentes se apliquen de manera más flexible y que los fondos se reorienten hacia la gestión de la crisis.

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