El candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, junto al coordinador federal de IU, Alberto Garzón, durante un discurso en el Teatro Goya de Madrid. (Foto: AFP)
El candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, junto al coordinador federal de IU, Alberto Garzón, durante un discurso en el Teatro Goya de Madrid. (Foto: AFP)

Se acaba el verano en y con setiembre llegan las rebajas, también para los políticos españoles, que en la recta final para alcanzar un acuerdo de Gobierno que evite ir a unas nuevas elecciones lanzan ofertas de última hora, a precio de saldo, mientras el país permanece paralizado legislativa y económicamente.

El calendario establece que, si para el próximo día 23 no se resuelve el atasco, habría nuevos comicios el 10 de noviembre, que serían los cuartos que vive España desde diciembre de diciembre del 2015.

La última propuesta realizada por el líder de la formación izquierdista (UP), Pablo Iglesias, al socialista , para conformar un Ejecutivo de coalición a prueba por un año, ha sido acogida desde las filas del Partido Socialista (PSOE) como una suerte de “experimento”, con ministros “a prueba”, que lo único que hace es anticipar una “crisis” gubernamental.

La portavoz en funciones del Gobierno, Isabel Celaá, calificó este viernes esa propuesta de “absurda” y “vacía de contenido”, y dijo que “es importante pasar ya a la última fase”.

"Es evidente que no existe una confianza mínima" para constituir un gobierno de coalición estable, aseguró Celáa, quien pidió que se acepte "este principio de realidad por respeto a la institución" y que no se caiga "en debatir más una propuesta que deviene en absurda y vacía de contenido".

"Vamos a centrarnos en lo que ya queda como principal disyuntiva", subrayó e incidió en que Unidas Podemos debe decidir si quiere enfrentar ya los problemas del país o ir a elecciones.

Poco antes, en una entrevista en televisión, Iglesias aseguró que si Sánchez no cambia su posición y no retoma la negociación, su coalición se abstendrá, como hizo en julio, pero siguió mostrando su voluntad de seguir tendiendo la mano a los socialistas.

"Nosotros no hemos parado de movernos y sigo disponible para que Pedro Sánchez se vea conmigo", dijo Iglesias, quien reconoció que a ningún candidato se lo han puesto nunca más fácil que al presidente del Gobierno en funciones.

La nota discordante en el conservador PP

En esta recta final de vértigo, el presidente de la región de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, uno de los pesos pesados del conservador Partido Popular (PP) y durante años visto por los suyos como el candidato natural a suceder al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, se desmarcó de la posición de su formación proponiendo una hipotética “coalición de gobierno” o “pacto de legislatura” entre PP y PSOE.

Sánchez tendría que hablar con el resto del Congreso y decirle al PP "le propongo una coalición de gobierno", una 'Gran coalición' en nuestro país, porque no me fío de Podemos. Llamaría al PP y le propondría una coalición de gobierno o un pacto de Legislatura", dijo Feijoó.

Sin embargo, la dirección nacional del PP se ha mantenido de manera firme en una oposición total a que Sánchez continúe en el Gobierno.

Mientras tanto... Un país en funciones

Fondos que se congelan, reformas que se aplazan, acuerdos que no se aplican... ese es el paisaje que domina la política española desde que hace cuatro años la fragmentación del electorado acabó con las mayorías políticas holgadas e hizo indispensables los acuerdos entre partidos distintos para gobernar.

Mientras el país se aproxima a la convocatoria de nuevas elecciones, se acumulan los meses de Gobierno en funciones, siguen vigentes los presupuestos del 2018 -diseñadas por el PP en el 2017 antes de pasar a la oposición- no se ha aprobado un nuevo techo de gasto y las regiones reclaman financiación para prestar sus servicios.

No es solo que la producción legislativa del Congreso se ha reducido al mínimo durante estos cuatro años, sustituida casi siempre por los decretos gubernamentales, sino que algunos de los acuerdos adoptados este año - subida del sueldo de los funcionarios en el 2020, por ejemplo-, corren riesgo de no llevarse a efecto.

La parálisis y la interinidad que provoca la administración se extiende a las instituciones, a la actividad legislativa y, según alertan los expertos, también a la economía, amenazada por los efectos de la inestabilidad y la ausencia de reformas.

El contexto internacional, marcado por la desaceleración y la incertidumbre, agrava la situación.

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