Turquía
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El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, inició este lunes un nuevo mandato de cinco años con amplios poderes, bajo un nuevo sistema denunciado como autocrático por sus detractores, dos años después de un fallido golpe de Estado.

Erdogan prestó juramento ante el Parlamento turco y se comprometió a llevar a cabo su tarea de manera "imparcial", y preservar los principios de la Turquía laica fundada a principios del siglo XX por Mustafa Kemal Atatürk.

Acompañado por su esposa Emine, el presidente conservador turco fue recibido con una ovación por los representantes de la mayoría presidencial, dominada por los diputados del partido de Erdogan, el islamoconservador AKP.

En el poder desde el 2003, como primer ministro y luego como presidente, Erdogan, de 64 años, fue reelegido el 24 de junio, en la primera vuelta de las elecciones, con 52.6% de los votos, muy por delante de los otros candidatos.

Tras haber prestado juramento, Erdogan participará en una ceremonia en el palacio presidencial, inaugurando una nueva era en la historia moderna de Turquía, con el paso al sistema presidencial, tras una revisión de la Constitución adoptada por referéndum el año pasado.

Su ascenso a esta "superpresidencia" ocurre casi dos años después de una intentona golpista militar, el 15 de julio del 2016, a la que siguió una serie de purgas masivas dentro de las fuerzas armadas, la policía y las administraciones. Decenas de miles de personas fueron detenidas o destituidas de sus cargos.

La última de estas purgas masivas, anunciada el domingo, afecta a más de 18,000 personas, en su mayoría soldados y policías, despedidas a través de un decreto ley presentado como el último durante el estado de emergencia, que se instauró al día siguiente del fallido golpe de Estado.

Erdogan "tendrá ahora el apoyo institucional y legal para controlarlo casi todo", en el marco del nuevo sistema, explica Ayse Ayata, profesora de Ciencias Políticas en la universidad Técnica de Oriente Medio (Ödtü) en Ankara.

Parlamento bajo control
El puesto de primer ministro será suprimido, y el jefe de Estado tendrá en sus manos el conjunto del poder ejecutivo y podrá promulgar decretos.

Nombrará también a seis de los 13 miembros del Consejo de Jueces y Fiscales (HSK), a cargo de nombrar y destituir al personal del sistema judicial.

"La parte esencial de los poderes estará en sus manos, no habrá más primer ministro y ni casi ninguno de los procesos de control y de contrapeso de una democracia liberal. En otras palabras, Turquía será una autocracia institucionalizada", estima Marc Pierini, investigador en Carnegie Europe.

En las elecciones legislativas, que se celebraron al mismo tiempo que las presidenciales, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamoconservador) de Erdogan obtuvo 295 escaños de los 600, y su aliado ultranacionalista MHP, 49.

En la nueva legislatura, el AKP no cuenta con la mayoría y necesitará el apoyo de MHP para controlar el parlamento. Numerosos expertos temen que esta alianza conlleve el endurecimiento de la política de Erdogan, especialmente sobre la cuestión kurda.

Tras prestar juramento este lunes, Erdogan presentará un nuevo gobierno, más reducido, que tendría que tener 16 ministerios, en lugar de 26 (sin contar con el primer ministro) actualmente.