FOTO 7 |  Se inició así el plazo de dos años que debe desembocar en la salida británica el 29 de marzo del 2019.
FOTO 7 | Se inició así el plazo de dos años que debe desembocar en la salida británica el 29 de marzo del 2019.

La jefa del gobierno británico, , reunió hoy a su dividido consejo de ministros para intentar que apruebe el controvertido acuerdo de Brexit alcanzado con Bruselas, que costó dos años de negociaciones y recibió duras críticas en el parlamento.

La noche había caído en Londres y los miembros del gabinete llevaban cuatro horas reunidos, cuando la confusión se sumó a la incertidumbre sobre el desenlace de una reunión clave.

El secretario de Estado para la policía, Nick Hurd, afirmó que May no hablaría a la prensa como estaba previsto, una información que fue inmediatamente desmentida.

"La primera ministra hará una declaración a la prensa tras la reunión del gabinete y una declaración al parlamento mañana" jueves, declaró un portavoz de Downing Street.

Antes del inicio del consejo, unos cien manifestantes convocados por grupos probrexit se había reunido a las puertas de la sede gubernamental para pedir a los ministros que rechazasen lo que consideran una "traición" al espíritu del Brexit, previsto para el próximo 29 de marzo.

"Solo queremos irnos, pero no nos escuchan", dijo un manifestante de 70 años que no quiso dar su nombre. "Quieren que votemos otra vez, lo que nos convertiría en un hazmerreír", agregó en referencia a la petición de los activistas proeuropeos para que haya un nuevo referéndum.

Por la mañana, el texto había recibido duras críticas en el Parlamento por parte de los diputados probrexit del propio Partido Conservador de May, quienes acusaron a la jefa del gobierno de haber hecho concesiones inaceptables a Bruselas.

"Lo que hemos estado negociando es un acuerdo que cumple con lo que votó el pueblo británico", afirmó May ante la Cámara de los Comunes, donde partidarios y opositores del Brexit fustigaron el proyecto, un documento de varios cientos de páginas cuyo contenido exacto aún se desconoce.

"La primera ministra ha estado dos años negociando un mal acuerdo", afirmó el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.

Los británicos decidieron en un referéndum el 23 de junio del 2016, con 52% de los votos, salir de la Unión Europea tras 43 años de integración.

Si el ejecutivo británico aprueba el proyecto de acuerdo, el texto podría publicarse el miércoles "y probablemente haya un consejo europeo el 25 de noviembre" para confirmarlo, afirmó en Dublín el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ante su propio parlamento.

Pero advirtió: "muchas cosas pueden salir mal hoy y en los próximos días".

"Momento de la verdad"
Ha llegado el "momento de la verdad", consideraba en portada el diario Daily Telegraph. Es el "día del juicio", afirmaba el Daily Mail.

El gabinete ha aparecido recientemente muy dividido sobre la cuestión, ministros euroescépticos y proeuropeos dimitieron en los últimos meses debido al y se teme que más puedan seguir, provocando una crisis de gobierno en uno de los momentos más críticos de la historia reciente de Reino Unido.

Si es aprobado por el gabinete, el acuerdo deberá pasar un nuevo filtro: la ratificación por el parlamento, donde May -que se enfrenta a la rebelión de decenas de diputados conservadores- tiene una muy estrecha mayoría absoluta para la que depende del apoyo de los 10 diputados del pequeño partido norirlandés (DUP).

Pero su líder, Arlene Foster ya calificó de "inaceptable" el proyecto de acuerdo, considerando que "socava la integridad económica y constitucional del Reino Unido". Aunque después precisó que esperaba a verlo en detalle.

El mayor problema en las negociaciones entre Londres y Bruselas fue cómo evitar la reimplantación de una frontera con vigilancia policial entre la República de Irlanda -miembro de la UE- y la provincia británica de Irlanda del Norte.

Ambas partes estaban de acuerdo en que una frontera dura podría amenazar el acuerdo de paz de 1998 que puso fin a 30 años de sangriento conflicto en Irlanda del Norte.

Gracias a la unión aduanera europea, las personas y las mercancías pueden circular libremente entre las dos Irlandas, lo que ha permitido reforzar los lazos intercomunitarios.

Las autoridades temen que si se instaura una infraestructura aduanera en la frontera tras el Brexit, esta pueda convertirse en blanco de grupos paramilitares disidentes.

Se prevé así que, mientras se busca una solución mejor, Reino Unido permanezca dentro de unión aduanera europea e Irlanda del Norte continúe además dentro del mercado único.