Tras la sentencia de hoy, los conductores de Uber en Canadá pueden solicitar la certificación de la demanda colectiva para reclamar un salario mínimo, vacaciones pagadas y otros beneficios que le podrían costar a la compañía centenares de millones de dólares al año.
Tras la sentencia de hoy, los conductores de Uber en Canadá pueden solicitar la certificación de la demanda colectiva para reclamar un salario mínimo, vacaciones pagadas y otros beneficios que le podrían costar a la compañía centenares de millones de dólares al año.

El Tribunal Supremo de Canadá dictaminó que los conductores de Uber pueden resolver sus disputas laborales a través de los tribunales canadienses y no por una mediación en los Países Bajos, como pretendía la compañía, lo que abre la puerta a una demanda colectiva por valor de centenares de millones de dólares.

La decisión, que contó con el voto afirmativo de ocho de los nueve jueces de la máxima institución judicial de , supone un grave revés a la compañía estadounidense, ya que es el primer paso para que los conductores sean reconocidos como empleados de Uber.

El caso se inició cuando David Heller, un conductor de , intentó iniciar una demanda colectiva en Toronto contra la empresa en el 2017 para que los conductores fuesen reconocidos como empleados de la compañía después de que Uber modificase de forma unilateral su compensación.

argumentó ante los tribunales canadienses que Heller no podía iniciar la demanda colectiva por la cláusula de su contrato que estipula que cualquier disputa tiene que ser resuelta por un proceso de mediación en los Países Bajos, donde la compañía tiene su residencia fiscal para pagar menos impuestos.

Pero los tribunales de la provincia de Ontario declararon nula la cláusula en el contrato que los conductores firman con Uber, porque al ser un proceso excesivamente oneroso y complicado no era realista.

Uber recurrió la decisión y el caso terminó en el Tribunal Supremo de Canadá que hoy ha dado la razón a los conductores al señalar que “dadas las desventajas logísticas y financieras a las que se enfrentó Heller para proteger sus intereses de negociación y los términos injustos que produjeron, la cláusula de arbitraje es desmesurada y por lo tanto inválida”.

El único juez que votó en contra la de mayoría argumentó que los conductores habían firmado el contrato con Uber sabiendo que contenía la cláusula de arbitraje en los Países Bajos, por lo que los tribunales deberían respetar ese compromiso.

Tras la sentencia de hoy, los conductores de Uber en Canadá pueden solicitar la certificación de la demanda colectiva para reclamar un salario mínimo, vacaciones pagadas y otros beneficios que le podrían costar a la compañía centenares de millones de dólares al año.

Pero la sentencia del Tribunal Supremo también afectará a otras compañías digitales que operan de forma similar a Uber con trabajadores a los que no consideran empleados sino contratistas independientes.

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