Anthony Bourdain con uno de los premios Emmy que obtuvo en su carrera televisiva. (Foto: AP))
Anthony Bourdain con uno de los premios Emmy que obtuvo en su carrera televisiva. (Foto: AP))

Anthony Bourdain era el , Kate Spade la diseñadora entusiasta e innovadora. La idea de que gente que parece tener una vida tan gratificante se pueda matar es un trágico recordatorio de que los famosos que parecen ser más conocidos para nosotros que nuestros amigos o vecinos son al mismo tiempo desconocidos totales.


“No podemos afirmar la totalidad de una persona desde la porción de imagen que vemos en televisión, por escrito o en redes sociales”, dijo Dave Itzkoff, autor de una nueva biografía sobre , quien se suicidó en el 2014. "La realidad es que es sólo una fracción de quienes son como personas, la parte que ellos eligen mostrar y compartir”.


Poco se sabía sobre las posibles causas que llevaron a Bourdain a suicidarse el viernes, pero las muertes de Spade y Williams, entre otros, suelen llevar a descubrir el sufrimiento que sólo unos cuantos conocían en el momento, o las señales de problemas que estaban a simple vista pero fueron pasadas por alto.


El esposo de Spade, Andy Spade, reveló que sufría de depresión y ansiedad entre otros “demonios personales”. En su biografía sobre Williams, "Robin", Itzkoff indagó entre los recuerdos de colegas, amigos y familiares para mostrar un hombre en un pésimo estado físico y emocional, un tipo de dolor aterrador que aquellos que recordaban al comediante como Mork de la comedia Mork & Mindy o el genio en "Aladdín" de Disney nunca se habrían imaginado.


“No estaba en forma para nada”, dijo la maquillista de Williams, Cheri Minns, a Itzkoff. "Estaba llorando en mis brazos al final de cada día. Era horrible, horrible”.


Algunos suicidios de famosos son agrupados en categorías idealizadas, el escritor atormentado (Sylvia Plath, David Foster Wallace), el rockero en problemas (Kurt Cobain), la sex symbol solitaria (Marilyn Monroe).


Pero no hay reglas de por qué o cuándo las celebridades terminan con sus vidas, al igual que no las hay para quienes no son famosos. Algunos estaban a la mitad de lo que parecía una carrera al máximo (Cobain, Bourdain), otros se mataron después de una revelación creativa (Plath), y otros se enfrentaban a un declive.


George Sanders, el gracioso actor de carácter famoso por sus papeles en "All About Eve" y "Rebeca", tenía muy mala salud en sus últimos años y dejó una nota en la que decía que estaba “aburrido”.


“Siento que he vivido lo suficiente”, escribió Sanders, quien murió en 1972. "Los dejo con sus preocupaciones en esta dulce fosa séptica. Buena suerte”.


Bourdain, de 61 años al morir, dijo a The Associated Press en el 2008 que el nacimiento de su hija Ariane, de ahora 11 años, le había hecho determinar que no haría nada “estúpido autodestructivo” si podía “evitarlo”.


Había reconocido sus dificultades en el pasado y escribió que sus problemas con las drogas lo llevaron a abandonar el Vassar College, una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos.


Otros detalles oscuros surgieron el viernes. Patrick Radden Keefe, quien escribió sobre Bourdain para The New Yorker, dijo a NPR el viernes que el chef pensaba demasiado sobre la mortalidad y que el miedo era un motivo por el cual era tan “frenéticamente activo”.


El artículo de Keefe del 2017 muestra que Bourdain pasaba de la alegría al terror. El chef había viajado a Vietnam un año antes para su programa "Parts Unknown" de CNN en el cual chacoteó con Barack Obama mientras los dos disfrutaban de unos tallarines y cerveza.


En Francia, Bourdain se desmayó por tomar analgésicos y un medicamento antiinflamatorio con el estómago vacío. Despertó en el piso con la cabeza sobre la calle.


Después le escribió un correo electrónico a su esposa, Nancy Putkoksi, diciéndole que su mensaje era “el tipo de cosas que escribes si sabes que, piensas que vas a morir”.


Irónicamente Bourdain había mencionado sus problemas del pasado al rechazar la idea de que la fama hacía la vida más difícil.


En "Kitchen Confidential", el popular libro que lo catapultó a la fama y a una poco común perspectiva directa y profana de la vida pública, Bourdain escribió que aquellos que se quejan de la presión de ser una celebridad y estar siempre “en algo” nunca habían “trabajado en una parrilla ajetreada”.


“Pienso que todos mis años cocinando en restaurantes sin remedio, incluso ese largo periodo que me pasé buscando drogas y cocaína, fue una buena preparación para una carrera en el sector del entretenimiento", escribió. "Es agradable, a veces, saber lo bajo que puedes caer, ese tipo de comportamiento bestial del que eres capaz en momentos extremos”.