Nicolás Maduro
Nicolás Maduro

El presidente estadounidense está aumentando la presión sobre el ilegítimo presidente venezolano Nicolás Maduro y prometiendo erradicar el socialismo de América, pero, tras bastidores, incluso sus aliados firmes tienen sus dudas.

En los próximos días se avecinan luchas cruciales por el poder. Juan Guaidó, reconocido por EE.UU. y otros países como presidente interino de Venezuela, ha prometiendo abrir el país a la ayuda humanitaria el 23 de febrero, mientras Maduro y el fundador de Virgin Atlantic, sir Richard Branson, celebrarán conciertos benéficos rivales.

Al mismo tiempo, la UE está despachando un equipo para promover nuevas elecciones. Sin embargo, hay una creciente sensación de que Maduro se está manteniendo en el poder más tiempo de lo esperado y las medidas para expulsarlo podrían incluso ser contraproducentes.

"Es obvio que si resiste la presión, se ve más fuerte", dijo el ministro de Relaciones Exteriores español, Josep Borrell, en una entrevista en Madrid. "Esa es una realidad con la que EE.UU. seguramente no contaba".

¿Impulso estancado?
Maduro se ha enfrentado al empecinamiento constante de los países que respaldan a Guaidó como presidente interino: primero EE.UU. y el llamado Grupo de Lima, el cual incluye a Brasil, Canadá, Argentina y varios países latinoamericanos. Luego fueron el parlamento de la UE y Japón. "Nuestro país anuncia que apoyamos claramente al presidente interino Guaidó", declaró el ministro de Relaciones Exteriores, Taro Kono, el martes.

Trump exigió a los militares venezolanos dejar pasar la ayuda y advirtió que "todas las opciones están abiertas" para su administración. "Están arriesgando sus vidas y el futuro de Venezuela por un hombre controlado por el gobierno cubano", aseguró Trump sobre el ejército venezolano, instándolos a abandonar a Maduro y aceptar la oferta de amnistía de Guaidó.

Pero el tiempo se está extendiendo y la paciencia se está acabando. Un funcionario del gobierno del Reino Unido afirmó sentir que el impulso se ha estancado. En privado, algunos funcionarios brasileños comienzan a preguntarse si toda la estrategia dirigida por EE.UU. está empezando a fallar, según un diplomático que se ocupa de la situación de Venezuela.

"Guaidó no controla nada en Venezuela aparte de su oficina", afirma Mauricio Santoro, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Estatal de Río de Janeiro. "Su capacidad para implementar cualquier política pública es muy limitada".

‘Frustrados’ por el estancamiento
"Estamos absolutamente frustrados. El régimen de Maduro es ilegítimo", declaró la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, a periodistas el 16 de febrero, dos días después de hablar con Guaidó. "Este es un proceso liderado por el pueblo de Venezuela. Nuestro trabajo como comunidad internacional es apoyarlos, y eso es lo que estamos haciendo".

Incluso entre los críticos de Maduro quedan dudas. Las naciones miembro de la UE están unidas en condenar a Maduro pero divididas en qué hacer al respecto. El gobierno populista de Italia se está apegando a un compromiso interno que penosamente elaboró: pedir nuevas elecciones, pero no llegar a reconocer a Guaidó como presidente interino, según un funcionario italiano que pidió no ser nombrado.

Isadora Zubillaga, asesora de Guaidó para Europa, cree que la UE puede imponer sanciones al régimen de Maduro y enfatiza en la unidad del bloque, a pesar de que varios países aún no reconocen a Guaidó como presidente interino. Pero aunque la UE ha amenazado con sanciones, el alcance potencial no está claro.

Todos los miembros de la UE tendrían que imponer sanciones, asegura el funcionario italiano, y agrega que, por lo que sabe, esta opción no ha sido discutida en Bruselas hasta ahora. Por otra parte, sin un amplio apoyo internacional, cualquier nueva intervención de EE.UU. podría parecer más un cambio de régimen forzado que apoyo a un líder legítimo.

Otros dicen que aún es muy temprano para decir si el impulso global contra Maduro se ha estancado. Un funcionario del gobierno canadiense, bajo condición de anonimato, dijo que las naciones están manteniendo la presión mientras buscan formas de apoyar a la oposición en el terreno.

En Brasil, el vicepresidente Hamilton Mourao ha dicho que es cuestión de tiempo antes de que el régimen de Maduro se derrumbe como un castillo de naipes. La presión obligaría a Maduro a alejarse pacífica y voluntariamente, afirma.

El Fondo Monetario Internacional se está preparando discretamente para ayudar al país si Guaidó se posesiona como presidente, dijo un funcionario familiarizado con la situación bajo la condición de anonimato. Ese sería el comienzo de un esfuerzo masivo de ayuda humanitaria y estabilización en un país donde la inflación se está disparando y la economía está colapsando, dijo el funcionario.

China, Rusia
El apoyo internacional para Maduro es pequeño pero crucial. Después de importar alrededor de US$ 900 millones en oro desde Venezuela el año pasado, Turquía frenó el comercio del metal precioso en medio de advertencias de Washington.

El destino de Maduro depende en gran medida de dos pesos pesados que lo respaldan: Rusia y China. El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, afirma que se mantienen grandes diferencias con Washington respecto a Venezuela.

China se ha distanciado de la lucha por el poder y dice que depende de los venezolanos resolverla. "Las relaciones entre China y Venezuela son relaciones normales de Estado a Estado", dijo una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, el 14 de febrero.

"El dinero de los chinos y los rusos ha permitido que el régimen de Maduro sobreviva", afirma Santoro, de Río de Janeiro. "¿Cuánto tiempo? No lo sabemos. Tal vez hasta que China y Rusia estén listos para irse también".