FOTO 4 | Se estima que Rusia tardará 6 años en recuperar el total de la inversión realizada. (Foto: National Geographic)
FOTO 4 | Se estima que Rusia tardará 6 años en recuperar el total de la inversión realizada. (Foto: National Geographic)

Los rusos se están desviviendo por ayudar a los hinchas que llegan a sus ciudades para el  Rusia 2018, incluso en localidades remotas o en urbes industriales que rara vez reciben turistas, en un intento por disipar prejuicios y promover una atmósfera festiva durante el torneo.

Desde ayudar a los extranjeros a utilizar el transporte público hasta descifrarles las cartas de los restaurantes escritas en cirílico, los rusos parecen entusiasmados por la llegada masiva de hinchas, a pesar de los temores iniciales por hechos de racismo o xenofobia que puedan ensombrecer la Copa del Mundo.

"Mi esposa no estaba para nada convencida. Y en el trabajo había gente que decía que no era buena idea", dijo Scott Bastick, un escocés que asistió el partido del domingo entre México y Alemania junto a su hijo de 10 años. "Pero realmente ha sido muy agradable. Las personas son serviciales, en la calle, y estamos pasándola muy bien".

Los comentarios de Bastick fueron similares a los de numerosos turistas y futbolistas que acudieron a las 11 ciudades rusas que son parte del Mundial, donde no se han reportado incidentes graves de seguridad hasta el momento.

El presidente , saludado por una enorme multitud en su discurso de apertura del Mundial antes del partido entre y , hizo referencia a la hospitalidad de su país y destacó la importancia del deporte para superar las diferencias entre naciones.

Sin embargo, muchos temen que un torneo exitoso sólo beneficie a Putin. Moscú enfrenta oposición de buena parte de la comunidad occidental por su respaldo al régimen de liderado por Bashar al-Assad y la anexión de la península ucraniana de Crimea a territorio ruso en el 2014, a lo que se suman acusaciones de violaciones a los derechos humanos.

Y sólo como precaución, algunos hinchas deciden sentarse en grupos alejados de los rusos en los partidos del Mundial, por temor a actos de violencia debido al racismo o la homofobia. El defensor inglés Danny Rose, por ejemplo, pidió a su familia que no viajara a Rusia por temor a ser víctimas de racismo.

Pero hasta ahora la experiencia de los extranjeros parece decir todo lo contrario.

Slim Jatlawi, un hincha tunecino que viajó con un amigo, comentó que tenían problemas para encontrar un taxi al aterrizar en Volgogrado a la medianoche del sábado hasta que un residente que fumaba un cigarrillo fuera del aeropuerto -Grigory Volg, de 44 años- les ofreció llevarlos en su auto hasta su hotel.

"Él insistió. Le ofrecimos dinero, pero dijo que no. Nos ayudó con nuestras maletas y habló con la recepcionista del hotel. Yo trabajé como auxiliar de vuelo por cinco años y nunca vi nada como esto. Es magnífico", dijo Jatlawi, de 31 años.

"Todos son tan agradables. Todos me piden mi número y me dicen: 'salgamos mañana si tienes tiempo'. Creo que están contentos de recibir turistas", expresó Jatlawi, quien vestía la camiseta de la selección tunecina.