Venezuela sigue siendo barata: un kilovatio hora de electricidad cuesta alrededor de un centavo, comparado con unos 11 centavos en Estados Unidos. Sin embargo, es un cambio drástico para un Gobierno que durante mucho tiempo se enorgulleció de proporcionar servicios públicos por casi nada.
Venezuela sigue siendo barata: un kilovatio hora de electricidad cuesta alrededor de un centavo, comparado con unos 11 centavos en Estados Unidos. Sin embargo, es un cambio drástico para un Gobierno que durante mucho tiempo se enorgulleció de proporcionar servicios públicos por casi nada.

El Gobierno de Venezuela revierte silenciosamente una política de décadas de subsidios a la electricidad, el agua, el gas y los peajes de las carreteras para apuntalar las cuentas fiscales, trasladando los costos a empresas e individuos acostumbrados desde hace mucho a los servicios públicos baratos.

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