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Pese a toda la retórica dura de Donald Trump, lo que seguirá orientando los precios de los metales del mundo es la política industrial de Pekín, no las medidas comerciales de la Casa Blanca.

Aunque Trump, el presidente de Estados Unidos, planea imponer aranceles elevados de 25% a las importaciones de acero y 10% a las de aluminio, con lo cual deleitó a los productores estadounidenses y suscitó amenazas de varios productores, entre ellos China, “por sí solos, los aranceles de EE.UU. son un problema relativamente pequeño para esos mercados”, según Daniel Hynes, analista sénior de materias primas de Australia & New Zealand Banking Group Ltd.

“Primero y principal, la reforma de la oferta en China tiene un impacto mucho más grande sobre los mercados globales y en comparación esto es apenas una intermitencia, especialmente para el acero”, dijo en entrevista telefónica desde Sídney.

Pese a que los precios de las acciones de las empresas que compiten con los proveedores estadounidenses fueron golpeados en las operaciones en Asia, los metales propiamente dichos mostraron una reacción más discreta. El aluminio bajó 0.3% en Londres, y en Shanghái el declive fue de solo 0.2%. El acero en Shanghái cayó 0.7%.

Tras un colapso épico que comenzó en 2011, esos precios resucitaron en los últimos dos años gracias al cierre de plantas y restricciones ambientales en China y medidas para reactivar la demanda en la economía más grande de Asia. China no es solo el principal consumidor mundial de metales, también produce cerca de la mitad del acero y el aluminio del mundo. Su elite política se reunirá la semana próxima en Pekín con el fin de fijar metas para el año entrante que, según se anticipa, harán avanzar las reformas del lado de la oferta, la principal medida del presidente Xi Jinping.

Reformas
En el caso del acero, esas reformas provocaron una fuerte caída en las exportaciones respecto del pico alcanzado en 2015. En el caso del aluminio, en cambio, se están reemplazando plantas envejecidas con capacidad nueva, y tanto la producción como las exportaciones batieron récords el año pasado. Cómo seguirá combatiendo China el exceso de oferta de metales llamará más la atención que la política comercial estadounidense, dijo Hynes.

El riesgo más general es que China tome represalias y estalle una guerra comercial que afecte el crecimiento global y frene la demanda de materias primas industriales, el principal temor que está golpeando los precios de las acciones.

Tom Orlik, economista jefe de Bloomberg Intelligence para Asia, considera que hay pocas posibilidades de que eso ocurra por ahora, dadas las bajas cantidades de aluminio y sobre todo de acero que China exporta a EE.UU. El impacto para China “probablemente sea imposible de advertir en las cifras del PIB”, escribe Orlik.

Problemas geopolíticos
Hynes, de ANZ, no desestima el riesgo geopolítico pero sostiene que la amenaza de los aranceles “debería diluirse bastante rápido y que el mercado debería volver a concentrarse en las restricciones ambientales en Hebei u otros factores en China”. Hebei es la principal provincia productora de acero de China y encabeza los recortes de producción.

Con todo, “los aranceles nublan todavía más el panorama global”, dijo. “En líneas generales, los problemas geopolíticos y macroeconómicos están teniendo más peso para las materias primas, lo cual podría generar un poco más de volatilidad”.