FOTO 12 | Los que llaman al diálogo o a elecciones: México y Uruguay: Estos dos países, que no han reconocido a Guaidó y abogan por una salida negociada de la crisis venezolana, han convocado una conferencia internacional de países y organismos con "posición neutral" para el 7 de febrero. (Foto: TN)
FOTO 12 | Los que llaman al diálogo o a elecciones: México y Uruguay: Estos dos países, que no han reconocido a Guaidó y abogan por una salida negociada de la crisis venezolana, han convocado una conferencia internacional de países y organismos con "posición neutral" para el 7 de febrero. (Foto: TN)

La mayoría de los 255,071 venezolanos que viven en no tiene planes a corto plazo para regresar a su país, y sólo lo harían si hubiera un cambio de sistema político y gobierno.

Esa es una de las principales conclusiones del libro "El : entre la emigración y el exilio", presentado por el Observatorio Iberoamericano sobre Movilidad Humana, Migraciones y Desarrollo (OBIMID) de la Universidad Pontificia Comillas (Santander, norte de España).

"La siempre ha sido por motivos políticos y sociales, incluso para aquellos que fueron previsores y planificaron su marcha antes del 2016”, indicó Katrien Dekocker, una de las autoras del libro, en la presentación.

De acuerdo con la Organización Mundial de las Migraciones (OIM), en agosto del 2018 tres millones de personas habían abandonado Venezuela con destino a Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, México, República Dominicana, Mexico y España fundamentalmente.

Un desafío migratorio para el sistema institucional iberoamericano que, según Joaquín Eguren, coordinador del OBIMID, se verá abocado a tomar "nuevas medidas de coordinación".

En España, 95,000 venezolanos se empadronaron en el 2018, según las última cifras oficiales.

"Pero es importante resaltar que si el criterio de búsqueda no es la nacionalidad sino el país de nacimiento, la cifra asciende a 255,071, ya que muchos se inscriben como ciudadanos españoles o italianos por herencia familiar”, puntualizó Dekocker.

Se trata, según Dekocker, de un 450% más que en 1998, teniendo en cuenta que el 30% llegaron a España a partir del 2016, cuando empeoró la situación política, económica y social en Venezuela.

El libro refleja además un cambio de tendencia en el escenario migratorio venezolano.

Hasta el 2016, abandonaban el país profesionales de clase media con preparación académica, buscando en España un lugar donde mantener lo que ya habían adquirido en su lugar de origen y que se integraron sin problemas en la sociedad española.

Según la autora, en estos dos últimos años "el perfil del inmigrante venezolano ha cambiado. Son jóvenes con menos recursos, peor cualificados, sin ningún tipo de proyecto de vida, solamente la supervivencia y ayudar a sus familias que han quedado atrás, un elemento que antes tampoco era habitual".

Como trabajadora de la ONG católica Cáritas, la autora denunció que el año pasado los exiliados por la crisis humanitaria venezolana "fueron el colectivo número uno" atendido por esa organización.

Otros países fronterizos con Venezuela, como Colombia o Brasil, "están desbordados por la situación", explicó Cecilia Estrada, otra de la autoras del libro.

Estrada advirtió de posibles episodios xenófobos es esos países, por lo que "las organizaciones y los gobiernos debemos estar al tanto de este asunto".

También remarcó la responsabilidad social de los partidos políticos y los medios de comunicación a ese respecto.