La promesa es objeto recurrente de la indignación de los países pobres, primeras víctimas de los impactos del cambio climático, que denuncian la falta de solidaridad de los Estados ricos. (Foto: AFP)
La promesa es objeto recurrente de la indignación de los países pobres, primeras víctimas de los impactos del cambio climático, que denuncian la falta de solidaridad de los Estados ricos. (Foto: AFP)

El financiamiento para apoyar a los países en desarrollo frente al alcanzó unos US$ 79,900 millones en el 2018, un monto que dista de las promesas hechas por los países ricos, afirmó la OCDE.

Los países ricos se comprometieron en el 2009 a elevar para el 2020 a US$ 100,000 millones anuales su asistencia a los países del Sur para adaptarse a los impactos del calentamiento y reducir sus emisiones de .

Esta promesa es objeto recurrente de la indignación de los países pobres, primeras víctimas de los impactos del , que denuncian la falta de solidaridad de los Estados ricos, principales responsables de este fenómeno que pone en peligro el futuro del planeta.

Según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), esta ayuda alcanzó US$ 78,900 millones en el 2018. Un alza de 11% respecto al 2017, pero el ritmo del incremento se redujo respecto al año anterior (+22%).

Más de dos tercios (70%) de los fondos estuvieron destinados a acciones de reducción de emisiones y solamente 21% a la adaptación. El resto combinó los dos objetivos.

En cuanto a la repartición geográfica, Asia fue el principal beneficiario (43%), seguido de África (25%) y las Américas (17%).

Pero estas cifras son anualmente cuestionadas por ONG que defienden que algunas financiaciones no pueden ser consideradas como destinadas a combatir el cambio climático.

Así, Oxfam estima el promedio de financiación en el 2017 y 2018 en US$ 59,500 millones, de los cuales apenas un tercio habría supuesto una verdadera ayuda climática.

En un informe publicado en octubre, la ONG denunció que por ejemplo se contabilicen de esta manera proyectos de desarrollo, como sería el caso de la construcción de un edificio por el hecho de que contiene paneles solares.

También lamentó que haya demasiados préstamos respecto a las ayudas directas y que se destine poco dinero a la adaptación en los países más vulnerables, como los Estados insulares.

“El financiamiento climático es una seguridad vital para las comunidades que hacen frente a canículas récords, terribles tormentas e inundaciones devastadoras”, declaró entonces Tracy Carty, una de las autoras del informe de Oxfam.

“Aunque los gobiernos estén centrados en el COVID-19, no deben perder de vista la creciente amenaza de la crisis climática”.

Pero incluso si la promesa de US$ 100,000 millones anuales fuera respetada, esta sería insuficiente, según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, que en el 2016 estimó las necesidades de los países pobres para adaptarse al calentamiento en entre US$ 140,000 millones y US$ 300,00 millones anuales de aquí al 2030.