(Foto: Bloomberg)
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Conforme la zona euro lucha contra un bajo crecimiento de los salarios, lo que obstaculiza sus esfuerzos para estabilizar los precios, la parte noreste del bloque monetario se enfrenta al problema opuesto.

El crecimiento salarial en Estonia, Letonia y Lituania está cerca de su nivel más alto desde el último ciclo de auge y crisis de hace una década, superando las mejoras de eficiencia. Los costes laborales unitarios nominales han aumentado más en las naciones bálticas que en cualquier otro lugar de la Unión Europea en los últimos tres años, según datos recientes de la Comisión Europea.

"El sector de las exportaciones es particularmente sensible a los costes laborales que superan la productividad porque en un mercado mundial corren el riesgo de perder contratos", dijo Tadas Povilauskas, economista de SEB Bank en Vilnius. "Es necesario que haya más flexibilidad, más apertura para atraer a personas de terceros países, un mayor impulso a las capacidades laborales, o de lo contrario corremos el riesgo de enfrentarnos a serias dudas sobre el crecimiento económico".

Los pequeños países -con una población total de 6,2 millones de personas- están sintiendo los efectos de la escasez de mano de obra que se ha propagado por la Europa ex comunista. Si bien los salarios están aumentando rápidamente como resultado, los niveles aún no llegan a lo que los trabajadores pueden lograr si se dirigen al oeste más próspero. La emigración de Lituania es la más rápida de la UE, lo que ha contribuido a una caída del 16 por ciento en la población desde que se unió al bloque en 2004.

Los riesgos a la competitividad representan un nuevo problema para la región báltica. La rápida expansión económica ya ha provocado que algunos funcionarios recuerden los días previos a la agobiante recesión que siguió a la crisis financiera mundial de 2008. La inflación en Lituania y Estonia registra el mayor crecimiento de la UE, y puesto que las tres naciones son miembros de la zona euro, no pueden ajustar la política monetaria para contenerla.

Si bien los salarios están aumentando en algunas industrias, otros puestos de trabajo simplemente no se están cubriendo. Al menos el 40 por ciento de las empresas letonas tienen dificultades para encontrar trabajadores, y la escasez más aguda se encuentra en la fabricación y la construcción, según un informe de septiembre del prestamista local Citadele Banka.

Aceptar mayores entradas de trabajadores inmigrantes podría aliviar la escasez de mano de obra. Polonia ha acogido a más de 1 millón de ucranianos para aliviar su propia falta de trabajadores. Y si bien los países bálticos no han sido tan entusiastas a la hora de adoptar tácticas similares, la necesidad podría cambiar esa postura.

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