Respecto al financiamiento de la educación, 15 países de América Latina y el Caribe redujeron su inversión pública en educación desde el 2015. (Foto: Unicef)
Respecto al financiamiento de la educación, 15 países de América Latina y el Caribe redujeron su inversión pública en educación desde el 2015. (Foto: Unicef)

La alertó que al ritmo actual y el Caribe no alcanzarán las metas de planteadas por la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.

Según el informe “La encrucijada de la educación en América Latina y el Caribe”, lanzado este jueves en el marco del Día Internacional de la Alfabetización, el cumplimiento de las metas educativas no estaba asegurado antes de la pandemia de la COVID-19, “y mucho menos lo está ahora”.

Las dificultades económicas y los devastadores efectos de la pandemia de la COVID-19 contribuyeron a la desaceleración y el estancamiento en el avance de los logros educativos entre el 2015 y 2021.

“Las metas no se cumplirán si no se modifica el rumbo de las políticas y de la asignación de recursos para la educación”, sostienen la Unesco, Unicef y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organismos a cargo del documento.

“Invertir en primera infancia”

El estudio apunta a la desaceleración de algunos avances, un estancamiento en el acceso a la educación primaria y secundaria y en la calidad de los aprendizajes, y el aumento de ciertas brechas específicas en educación superior.

“Se estima que en el 2019, 10,4 millones de niños, niñas y jóvenes se encontraban excluidos del acceso a la educación primaria y secundaria en América Latina y el Caribe, y estas cifras son anteriores a la pandemia, cuyos efectos agregan mayor fragilidad a las trayectorias que garantizan la permanencia en el sistema educativo”, señaló Alberto Arenas de Mesa, director de la División de Desarrollo Social de la Cepal.

Entre el 2015 y 2020, la matrícula de la educación preprimaria (de 0 a 2 años) se incrementó en 2,1 millones de niños y niñas, un ritmo más acelerado que en los años anteriores.

“Desde el inicio de la pandemia, hemos observado como la primera infancia no ha sido priorizada, lo que pone en riesgo estos avances. Urgimos a los Gobiernos invertir en la primera infancia para que ningún niño o niña se quede atrás”, indicó la directora regional adjunta a cargo de la Oficina Regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Rada Noeva.

Respecto al financiamiento de la educación, 15 países de América Latina y el Caribe redujeron su inversión pública en educación desde el 2015. Este estancamiento se acrecentó con la crisis de la COVID-19.

“Noticias positivas”

Los organismos observan avances sostenidos en el crecimiento de la cobertura en el nivel primario, la alfabetización de adultos y en el máximo nivel educativo alcanzado por la población.

Además, identifican una mejora más reciente de ciertos indicadores educativos y una reducción de las desigualdades.

Claudia Uribe, directora de la Orealc/Unesco Santiago, indicó que “la evidencia muestra algunas noticias positivas, pero refuerza la apremiante necesidad de una mayor inversión y capacidades estatales para conducir los procesos de mejora y transformación sistémica de la educación para acelerar el avance en las metas educativas establecidas en el 2015″.