Venezolanos. (Foto: EFE).
Venezolanos. (Foto: EFE).

América Latina enfrenta el riesgo de una ola xenofóbica contra los , a los que algunos acusan de desplazar a la mano de obra local, advirtió este viernes un especialista de la Organización Internacional de Trabajo ().

La discriminación contra los que buscan empleo en otros países latinoamericanos "es una amenaza latente", dijo a la AFP el español Guillermo Dema, especialista regional en empleo juvenil y migración laboral de la OIT.

"El tema de la xenofobia está ahí y puede salir en cualquier momento, aunque hasta el momento la respuesta de la población está siendo ejemplar en términos generales", añadió Dema durante la 19 Reunión Regional Americana que se celebra en Panamá.

Según la ONU, desde 2015 por la crisis en su país.

Países como Colombia, Perú, Chile, Brasil o Panamá han recibido grandes cantidades de venezolanos, en su mayoría jóvenes que en muchas ocasiones viajan en condiciones infrahumanas.

Datos de la OIT indican que 67% de los tiene educación superior, al igual que 38% de los que están en Brasil y 33% de los que se encuentran en Colombia.

Además, 70% de los venezolanos estaría de manera irregular en Ecuador, así como 68% en Colombia y 63% en Brasil.

De acuerdo con Dema, la "mayoría" de los jóvenes venezolanos que emigran por la crisis de su país tiene una "formación superior" a la población de los países de acogida, especialmente los andinos.

Esta mano de obra venezolana calificada "está cubriendo determinados nichos de mercado que es difícil de cubrir en los países que los están acogiendo", según Dema.

Por otro lado, debido a su situación migratoria irregular, muchos de estos jóvenes se ven obligados a trabajar en la economía informal, lo que provoca recelos en países donde la mayoría de sus trabajadores está en la informalidad.

"Hay preocupación de los propios gobiernos, que nos han pedido ayuda para diseñar y lanzar de manera inmediata campañas preventivas contra la discriminación y la xenofobia", señaló Dema.

El especialista recomienda un acuerdo entre países para repartirse la migración en función del tipo de profesionales que necesitan, lo que es novedoso en una región más acostumbrada a ver migrantes hacia Estados Unidos o Europa.