No todo lo sucedido a lo largo del año es para el olvido. (Foto: iStock)
No todo lo sucedido a lo largo del año es para el olvido. (Foto: iStock)

, Zoom y más Zoom. Tapabocas por todos lados. Masa madre para hacer pan y comidas caseras. En estos tiempos tan problemáticos de sudaderas y confinamientos, no hay mucho para festejar en el 2020 que se acaba.

Fue un año caótico, lleno de penurias e inconvenientes derivados de las divisiones políticas, un descalabro económico y la persistente .

Pero no todo lo sucedido a lo largo del año es para el olvido. Muchos blancos se dieron cuenta de que el racismo sigue vigente. La llegada de cachorritos enriqueció vidas. Regresaron las cenas en familia y los pods sobre el produjeron amistades entrañables.

Algunas cosas que quisiéramos dejar atrás y otras que recordaremos con cariño:

Aprendizaje a la distancia

A algunos niños les fue bien con las clases por internet, pero otros sufrieron en grande, lo mismo que sus padres. Abundan los chicos que no tuvieron acceso a esas clases a distancia. Todos no ven la hora de volver a la escuela.

Mientras tanto, los maestros son verdaderos héroes que tratan de continuar educando. Han hecho entregas de comidas a los estudiantes necesitados y escrito mensajes alentadores en sus puertas.

Transformaron sus cocinas en laboratorios para las clases de química y produjeron videos con bailes para las de gimnasia. Algunos hasta dieron clases particulares desde la puerta de las casas. Gracias a todos ellos.

Explosión del streaming

¿Que si extrañamos la pantalla grande los que no pensamos volver a pisar una sala de cine en mucho tiempo? Claro que sí. Pero el streaming llegó en el momento justo y se pueden ver incluso películas recién estrenadas.

Hay para elegir. Las familias comparten más tiempo ahora sentadas frente al televisor viendo alguna cinta.

En Estados Unidos, Comcast, la operadora de cable más grande del país, tiene hoy más clientes de streaming que de cable.

Ahora lo único que faltaría es servicios de Wi-Fi más confiables y baratos.

Ah, ese pan...

De repente, empezamos a hacer pan casero. Sí. ¡Lo hicimos! Al punto de que en algunos sitios comenzó a escasear la harina y la levadura. Y la masa madre fue la preferida. ¡Todo el mundo hablaba de la masa madre! Aunque al final de cuentas no faltó quienes se replantearon el tema por el trabajo que tomaba.

La naturaleza

Caminamos. Hicimos senderismo. Comimos al aire libre. Hasta que llegó el invierno. Ahora solo saludamos a los vecinos, sin tener que detenernos a conversar con ellos y porque hemos pasado a ser unos introvertidos.

Cantidades de gente redescubrieron lo que tenían delante de ellos: Parques, jardines, porches. Y se pasan parte del nuevo tiempo libre embelleciéndolos. Para muchos, trabajar desde la casa implica poder ver árboles, jardines y pájaros desde su ventana.

Y hay quienes se animan a hacer cosas que jamás hubiesen osado hacer a la intemperie en pleno invierno.

Basta de masoquismos

Buscamos nuevas formas de entretenernos y preparamos listas de cosas para hacer. Hicimos grandes planes para la pandemia.

Tal vez completamos una o dos de esas cosas. Pero pasamos mucho tiempo consumiendo noticias negativas que nos tienen preocupados todo el tiempo.

¡Liberémonos! Basta de ver solo noticieros, especialmente de noche, cuando sería mucho mejor dormir.

¿Necesita actividades? Hable con sus vecinos y empiecen a juntar todas las cosas que no necesitan o que no van a usar. Dónenlas a una buena causa.

Y recuerden que nada es eterno, que este período aciago va a terminar.

Esa figurita redonda y puntiaguda

La bola puntiaguda con que se representa al COVID-19 ha pasado a ser parte de nuestras vidas. A veces roja, a veces azul o color púrpura, pero siempre, siempre portadora de malos augurios.

Aparece en todos los noticieros, en los portales médicos y en los boletines con información sobre el virus. Es un desagradable emoji que debe desaparecer para siempre.

Diseñadores gráficos de todo el mundo, por favor ¡inventen algo mejor! Sirvió para recordarnos la presencia de ese pequeño diablito asesino. Ahora hay que dar vuelta la página.

Fatiga electoral de EE.UU.

Estados Unidos tuvo un proceso electoral como nunca se ha visto, en el que un presidente se negó a aceptar su derrota en las urnas y alentó teorías conspirativas que tuvieron bastante eco. La gente no ve la hora de que Joe Biden asuma la presidencia y se inicie un nuevo capítulo.

No es el fin del mundo

¿Hemos vivido alguna vez algo como esto?

Bueno, algo llamado la Muerte Negra mató a entre 25 y 30 millones de personas entre 1347 y 1352. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dicen que 500 millones de personas —un tercio de la población mundial— contrajeron la influenza en 1918-2019. Se calcula que murieron al menos 50 millones de personas a nivel mundial.

Ya basta de quejarnos. ¿Cansado de usar tapabocas, de acatar protocolos, de quedarse en casa, de los sacrificios? Considere los sacrificios de quienes pelearon en guerras, los negocios que se hundieron y las familias que no tienen para comer.