La naviera italo-suiza Mediterranean Shipping Company (MSC) se mantiene en la lista de los diez mayores contaminantes de Europa, en sétima posición y por delante de la aerolínea irlandesa Ryanair, según la clasificación publicada por la ONG Transport & Environment.
El resto del ranking, no obstante, sigue estando dominado por dos plantas de generación eléctrica de Polonia y seis de Alemania, con la central térmica polaca de Belchatów, la más potente de Europa, en primera posición con 32.74 millones de toneladas equivalentes de CO2.
MSC emitió en el 2019 un total de 10.72 millones de toneladas equivalentes de CO2, ligeramente superiores a los 10.53 millones de Ryanair, según los datos extraídos del sistema comunitario de reporte de emisiones (MRV, por sus siglas en inglés).
Ambas empresas escalan en ese listado de emisores de gases de efecto invernadero que, en su edición previa elaborada con datos del 2018, situaba a MSC en octava posición y a Ryanair en la décima.
“La energía y otros sectores están reduciendo sus emisiones año tras año en respuesta a las regulaciones de la UE, pero la contaminación del transporte marítimo no se ve afectada. No podemos estar a merced de las tendencias del comercio mundial para domesticar la contaminación marítima”, declaró el responsable de cargo marítimo de la ONG, Faïg Abbasov.
Actualmente los grandes barcos no están incluidos en el sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea, conocido como sistema ETS, que abarca a las industrias intensivas en energía y también a la aviación y fija un precio por la emisión de CO2.
En el 2015, el transporte marítimo generó el 13% del total de emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte de la UE y las instituciones comunitarias calculan que las emisiones procedentes del transporte marítimo internacional constituyen entre el 2% y 3% de las emisiones totales mundiales de gases de efecto invernadero.
La Comisión Europea ha propuesto que las embarcaciones también entren en el sistema ETS a partir del 2021 y, el próximo lunes, la comisión de medioambiente del Parlamento Europeo votará el borrador del informe de la eurodiputada ecologista alemana Jutta Paulus sobre la materia.
Sus conclusiones abogan por obligar a las compañías navieras a reducir sus emisiones anuales de CO2 por trabajo de transporte en al menos 40% para el 2030, incluir al cargo marítimo en el sistema ETS y crear un fondo de transición para ayudar a descarbonizar el sector, privilegiando la electrificación de los puertos y combustibles como el hidrógeno.
El texto votado en la comisión parlamentaria deberá ser aprobado más adelante en el pleno de la Eurocámara para que pueda iniciarse la negociación con la Comisión Europea y con el Consejo, que representa a los Estados miembros de la UE.