López Obrador lidera en todas la encuestas de intención de voto para las elecciones de México. (Foto: Reuters)
López Obrador lidera en todas la encuestas de intención de voto para las elecciones de México. (Foto: Reuters)

En sus primeros días como ganador de la Presidencia de , ha establecido ya una primera prioridad, "Por el bien de todos, primero los pobres", idea que algunos analistas consultados creen que genera desconfianza y a parte del electorado mexicano.

El mensaje de López Obrador es una muestra de su coherencia con las ideas de igualdad social defendidas durante sus 18 años de lucha política por la Presidencia, pero también choca con una parte del electorado que desconfía de la viabilidad de una política asistencialista.

El politólogo Salvador Mora, profesor de ciencias políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (), considera que este tipo de ideas es lo que rechaza una parte del electorado más conservador, que teme las ideas del presidente entrante.

Según Mora, el elector defraudado con el resultado de los comicios reacciona "de forma individualista", apelando al trabajo propio para levantar el país -como han señalado muchos usuarios en redes- "al sentirse derrotado".

Además, ven que el futuro presidente no les incluye en su propuesta de país, de la que dudan porque "no tiene un buen diagnóstico ni una buena respuesta al problema".

López Obrador tiene claro que resulta vital cambiar algunas cosas en el modelo económico para mejorar las condiciones de vida de los pobres, 43.6% de mexicanos según el último reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Entre las propuestas de auxilio que a los más desfavorecidos que sustenta ese "primero los pobres" destacan los ingresos a adultos mayores y las becas a estudiantes de bachillerato y universidad que más lo requieran.

Por su parte Miguel Ángel Quemain, profesor de literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apunta a miembros de la clase empresarial como los principales descontentos con el discurso de López Obrador.

Agrega a las personas asalariadas de origen relativamente humilde que, por otras razones socioculturales, también rechazan la ideología izquierdista del líder.

Al afirmar que primero van los más desfavorecidos, López Obrador se refiere a las grietas del actual sistema económico de México, eminentemente neoliberal y que brinda bienestar a unas pocas élites, incluyendo a los empresarios, pero "provoca un enorme rezago a algunos sectores del país", afirma Quemain.

"Primero los pobres implica una política de protección al ambiente, de protección al salario, de protección a la salud, de garantía de la educación. Eso da muchísimo miedo a un sector que siempre ha tenido la oportunidad de estar en el orden más privilegiado", expone.

Para defenderse, los empresarios esgrimen la idea de la modernización del país y la necesidad de "entrar en un contexto de las nuevas tecnologías y un mundo global".

En cuanto a los asalariados que han conseguido un empleo por haber tenido acceso a educación de una forma u otra y piensan lo contrario a López Obrador, Quemain opinó que este pensamiento "tiene raíces que tienen que ver con el racismo, el clasismo y prejuicios de la sociedad mexicana".

Este enfado, añadió, se sustenta en "construcciones irreales".

"No se levantan temprano, no se bañan, no visten bien, no estudian, son alcohólicos, son adictos", son algunos de los argumentos, según Quemain, del sector contrario a López Obrador.

"Creen que con que vayan más limpios y estén de mejor humor y trabajen más podrían mejorar su situación, y no es así", continúa, argumentando que el trabajo y las buenas intenciones no han servido para favorecer a los más débiles.

En este México en que caben todas las opiniones y en el que se asestó un duro golpe a la siempre presente amenaza de fraude electoral, López Obrador tratará de transformar los sectores más debilitados.

Hasta el próximo 1 de diciembre, cuando se produzca la toma de posesión, el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) afinará con su gabinete designado las propuestas.

Con todo por pasar, en un sistema como el que hasta ahora ha imperado en México y que el electorado ha optado por dinamitar en la elección del domingo pasado, parece que se requiere de propuestas distintas, aunque sobre ellas deba planear la sombra de la duda de algunos sectores de la ciudadanía.