El gobierno de anunció hoy un acuerdo con los bancos JP Morgan, HSBC y Mizuho para un fondo de US$ 8,000 millones que ayude a financiar una pequeña parte de la deuda de la estatal

"Se trata de un fondo disponible de alrededor de US$ 8,000 millones, y también con la buena noticia que se reduce la tasa de interés", dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su habitual conferencia de prensa matutina.

"Este es un fondo que se va a utilizar si es necesario, de acuerdo a las circunstancias (...). Pero esto demuestra la confianza que hay en México y su gobierno", agregó.

El director general de Pemex, Octavio Romero, dijo que el acuerdo por el fondo servirá para refinanciar deuda por US$ 2,500 millones y renovar dos líneas de crédito hasta por US$ 5,500 millones.

"La renovación de estos créditos bancarios es parte fundamental de la estrategia financiera de Pemex, y que garantizan y fortalecen la posición financiera de la empresa", dijo al asegurar que la firma del acuerdo no implica que Pemex incrementará su deuda.

"Con la presente renegociación no estamos contratando deuda adicional para Pemex. Estamos mejorando las condiciones financieras, de lo que ya se debía de las anteriores administraciones tanto en plazos como en tasas", agregó Romero.

López Obrador firmó también un acuerdo para reducir la carga fiscal de la empresa, que aún es responsable de parte de los ingresos públicos.

Pemex carga una pesada deuda de US$ 106,500 millones hasta el primer trimestre del año, en el que registró pérdidas por US$ 35,700 millones.

Por ello, la empresa está en la mira de las agencias calificadoras. En enero, Fitch rebajó dos peldaños la nota mientras que S&P degradó la perspectiva a negativa.

López Obrador, que ha criticado duramente a las calificadoras, se declaró optimista de que este acuerdo sea tomado en cuenta en la próxima evaluación.

En los primeros tres meses, la empresa dijo que sus ventas cayeron 10.4%, afectada por la entrada de nuevos competidores, aumentos de precios y el desabastecimiento que provocó la estrategia gubernamental contra el robo de combustible.

La empresa requiere incrementar sus inversiones para verter un prolongado declive de su producción, que cayó de 3.4 millones de barriles diarios en el 2004 al promedio de 1.6 millones en la actualidad.