Como en otros países, los restaurantes en Francia han encontrado en el servicio a domicilio un salvavidas. Pero para muchos, lo que ganan con esto apenas les alcanza para mantener la cabeza fuera del agua. (Foto: AFP/ Getty)
Como en otros países, los restaurantes en Francia han encontrado en el servicio a domicilio un salvavidas. Pero para muchos, lo que ganan con esto apenas les alcanza para mantener la cabeza fuera del agua. (Foto: AFP/ Getty)

Tras más de diez semanas de cierre por la pandemia de, con deudas que se acumulan y una total incertidumbre sobre la fecha de reapertura, los dueños de restaurantes en Francia enfrentan una peligrosa situación.

El primer ministro, Jean Castex, anunció que los bares y restaurantes, cerrados desde el 30 de octubre, no abrirán antes de mediados de febrero, en el mejor de los casos.

El anunció cayó como un balde de agua fría para todo el sector, clave en la economía francesa.

“Es una situación muy delicada, cada mes nos dicen que nos dejaran abrir el mes siguiente. Nos dijeron que abriríamos el 20 de enero y ahora nos hablan de mediados de febrero. ¿Qué nos van a decir después?”, se pregunta Amaury De Veyrac, fundador de Kitchen París, un coqueto bistró ubicado en pleno corazón de la capital francesa.

“Lo mejor sería que nos den una fecha de reapertura realista, en lugar de echar abajo nuestras esperanzas cada mes”, añade De Veyrac, que con el esperado repunte de infecciones tras las fiestas de fin de año, en un país que cuenta ya más de 68,000 muertos, ya había hecho una cruz a una apertura en enero.

Desde la aparición del y el cierre de restaurantes, este dinámico empresario de 37 años ha tenido que reinventarse y apostar por un servicio de comida para llevar, con el afán de sobrevivir. “No gano nada, pero la idea es no perder dinero”, explica a la AFP.

De sus 10 empleados, tuvo que separarse temporalmente de 6 y a los demás les pudo seguir pagando el sueldo gracias a un préstamo obtenido con respaldo del Estado. Un crédito que tendrá que comenzar a pagar de aquí a unos meses. ¿Con qué dinero? Aún no lo sabe.

Pero tiene esperanzas de que el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, que se encuentra inmerso en una batalla con los bancos y la Comisión Europea, logre que acepten que se difieran los reembolsos hasta 2022. Sin esto, teme caer en suspensión de pagos.

“Personalmente no culpo a nadie, el culpable es el virus”, dice De Veyrac.

- El servicio a domicilio, un frágil salvavidas -

Como en otros países, los restaurantes en Francia han encontrado en el servicio a domicilio un salvavidas. Pero para muchos, lo que ganan con esto apenas les alcanza para mantener la cabeza fuera del agua.

“Como estoy ahora no me alcanza para pagarme un suelo, lo que gano es para pagar el arriendo y los gastos fijos”, explica Gloria Ávila, dueña de un establecimiento de cocina latinoamericana situado cerca de la histórica plaza de la Bastilla de París.

La Cantina de Gloria sufre directamente las consecuencias de la crisis sanitaria pero también del teletrabajo, que se ha democratizado con el virus. Su restaurante, con clientela mayoritariamente de oficinas, funciona a medio gas desde el nuevo cierre de octubre.

“Solo podemos vender comida para llevar y nos tocó cerrar la noche porque todo el mundo tiene que estar adentro a las 20H, así que no vale la pena abrir”, dice esta colombiana de 52 años, que vive en Francia desde hace 19, en referencia al toque de queda vigente desde el 15 de diciembre en todo el país.

“Afortunadamente pude pedir al banco que me bloquearan por seis meses mi crédito, pero los intereses y el seguro siguen corriendo, así que eso hace que sigue aumentando mi deuda”, agrega, con una risa nerviosa.

“Al principio contemplé cerrar, declararme en quiebra... pero con tanta energía, tiempo, dinero que le metí, abandonar... no”, dice, sacudiendo la cabeza.

Endeudado hasta el cuello y desalentado tras meses de sube y baja, Nicolas (su nombre fue modificado a pedido del entrevistado) en cambio, decidió tirar la toalla. “Apenas termine la crisis del covid pondré en venta mi restaurante”, señala este hombre con casi una década de experiencia en la gastronomía.

“Espero que de aquí al verano regresemos a una especie de normalidad, si la gente se vacuna”, apunta.

Según una encuesta realizada en noviembre por los organismos del sector de la restauración, 65.8 % de los dueños de restaurantes en Francia temen caer en bancarrota en 2021.