La invasión rusa de Ucrania y las amenazas del Kremlin han provocado un giro en la postura de Suecia y Finlandia hacia la OTAN. (Foto: Pascal Rossignol / Reuters)
La invasión rusa de Ucrania y las amenazas del Kremlin han provocado un giro en la postura de Suecia y Finlandia hacia la OTAN. (Foto: Pascal Rossignol / Reuters)

Finlandia dio un paso histórico para su entrada en la OTAN, después de que el presidente del país, Sauli Ninistö, y la primera ministra, Sanna Martin, decidieran este jueves apoyar la adhesión, un proceso que seguirá Suecia en los próximos días y dejará a todos los países nórdicos bajo el paraguas de la Alianza.

Se sumarán a Dinamarca, Noruega e Islandia, miembros fundadores de la OTAN, después de décadas de “no alineamiento”.

La invasión rusa de Ucrania y las amenazas del Kremlin han provocado un giro en la postura de Suecia y Finlandia hacia la OTAN. En Finlandia los acontecimientos se han desarrollado más rápido y en este giro ha acabado arrastrando a Suecia.

Mientras Finlandia y Suecia ultiman su ingreso en la OTAN, Dinamarca afrontará en menos de un mes un referendo sobre su excepción a la política comunitaria en defensa de la Unión Europea (UE), vigente desde hace tres décadas.

El ingreso de Finlandia en la OTAN, algo impensable hace apenas unos meses, cuenta actualmente con un amplio apoyo popular, ya que, según los últimos sondeos, entre el 73% y 76% de los encuestados es favorable a entrar en la Alianza, mientras que sólo el 12% es contrario.

Ahora solo falta que el resto del gobierno de coalición y el Eduskunta (Parlamento) den su respaldo oficial para formalizar la solicitud de ingreso, algo que podría suceder en los próximos días, dado el amplio consenso que existe entre los partidos políticos.

Suecia: informe sobre seguridad

La primera ministra sueca, la socialdemócrata Magdalena Andersson, sostenía a principios de marzo que la entrada en la alianza empeoraría la seguridad en la zona, y los contrarios a la OTAN eran clara mayoría en el Parlamento sueco.

Pero a finales de ese mes, Andersson planteó por primera vez la posibilidad de un ingreso sueco, su partido inició una discusión interna -pese a que en noviembre había aprobado en congreso mantener la no alineación- y el giro de la ultraderecha, tercera fuerza parlamentaria, dio mayoría en la Cámara a los partidarios de la OTAN.

El gobierno socialdemócrata y el resto de partidos presentarán mañana (viernes) un análisis sobre la nueva situación de seguridad provocada por la guerra en Ucrania, en el que se explicarán pros y contras de un hipotético ingreso en la OTAN.

Al día siguiente, la ministra de Exteriores sueca, Ann Linde, participará, al igual que su colega finlandés y sus homólogos de la OTAN, en una reunión informal sobre la guerra en Ucrania en Berlín, que durará hasta el domingo.

El Partido Socialdemócrata ha convocado para el día 15 una reunión extraordinaria de su cúpula con que culmina el proceso de discusión interno y en la que hará pública su postura sobre la Alianza.

El Parlamento acogerá el lunes un debate especial con motivo del nuevo informe sobre seguridad, en el que participará la propia Andersson.

Según medios suecos, Andersson celebrará después una reunión extraordinaria del gobierno, a cuyo término enviará la solicitud formal de ingreso, un día antes de que presidente finlandés, Sauli Niinistö llegue a Suecia para una visita oficial.

El Gobierno sueco no necesita apoyo expreso del Parlamento para mandar la petición, aunque la oposición había reclamado un debate en la Cámara, siguiendo el ejemplo finlandés.

Si los socialdemócratas deciden, como está previsto, respaldar el ingreso, los partidarios de la Alianza sumarían más del 85% del total de los escaños, ya que solo mantienen su oposición el Partido de Izquierda Socialista y el Partido del Medioambiente.

Los daneses la política de defensa

La invasión de Ucrania ha hecho también que Dinamarca se replantee una de sus máximas europeas: su excepción a la política comunitaria en defensa de la Unión Europea (UE), vigente desde hace tres décadas, y que va a ser sometida a un referéndum en menos de un mes.

Tras rechazar en 1992 en consulta popular el tratado de Maastricht, Dinamarca lo aprobó un año después pero en una versión alternativa con excepciones a la política común en cuatro áreas: unión monetaria y económica, defensa, cooperación policial y jurídica y ciudadanía.

Los daneses rechazaron en dos referendos posteriores unirse al euro (2000) y abolir la excepción en el área jurídica (2015).

Pero el conflicto bélico en Ucrania ha sido usado como argumento por la primera ministra danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, con el apoyo de otras cuatro fuerzas políticas, para convocar una nueva consulta sobre la excepción en defensa.

“El mundo ha cambiado los últimos diez días. Hay una Europa antes y una Europa después del 24 de febrero”, dijo el pasado 6 de marzo.

La excepción implica que Dinamarca no puede participar en áreas de la política comunitaria de exteriores y seguridad relacionadas con defensa, ni en hipotéticas operaciones militares de la UE, y no tiene derecho de voto en el Consejo de Ministros en temas de esa área.

Que la UE carezca de ejército propio y que Dinamarca sea miembro de la OTAN hacen no obstante que los efectos de esa excepción hayan sido limitados.

Los sondeos apuntan a una ventaja clara para los defensores de abolir la excepción en el referendo, que se celebrará el 1 de junio.