(Foto: Difusión)
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El número de casos de coronavirus en Brasil es 15 veces mayor a lo que aseguran los datos oficiales, según investigadores que estiman que más de 300,000 personas han sido contagiadas y temen una hecatombe en las próximas semanas.

Brasil es el país latinoamericano con más víctimas provocadas por la pandemia, que golpeó antes en Asia, Europa y Estados Unidos. En el último balance, las autoridades notificaron 1,736 muertos.

El pico de contagios se espera a partir de mayo.

Pero según estimaciones del grupo Covid-19 Brasil, un colectivo de investigadores universitarios, había 313,288 casos el sábado pasado, 15 veces más que los 20,727 casos confirmados hasta ese momento por el Ministerio de Salud (el miércoles, el número de casos confirmados era de 28,320).

La enorme diferencia se debe, en este país de dimensiones continentales y 210 millones de habitantes, a que la tasa de detección es muy inferior a la de otros países fuertemente afectados por el virus.

En Brasil, la proporción es de 296 personas evaluadas por un millón, una cifra insignificante en comparación con Alemania (15,730), Francia (5,114) o Irán (3,421).

Brasil está en una posición muy mala y solo podemos resolver el problema con una detección masiva”, dijo a la AFP Domingos Alves, miembro del grupo Covid-19 Brasil y jefe del Laboratorio de Inteligencia en Salud (LIS) de la Universidad de Sao Paulo (USP).

Alves deplora también la lentitud de los resultados de los tests, que obliga a muchas familias a enterrar a sus muertos sin tener confirmación de la causa del óbito.

Las cifras oficiales muestran dónde estuvo la epidemia hace una o dos semanas”, explica.

Una preocupación compartida por las autoridades, obligadas a improvisar a la espera de la llegada de los tests, demorada por el auge de la demanda global.

Sabemos que el 85% de los casos asintomáticos nunca serán detectados”, admitió la semana pasada Wanderson de Oliveira, secretario de Vigilancia y Salud del ministerio.

- “Alertar a la población” -

En los hospitales públicos, las instrucciones son claras: solo se debe hacer test a los casos graves.

“Recibimos una gran cantidad de casos sospechosos en la sala de emergencias, pero solo les hacemos test a los que serán hospitalizados”, afirma Fred Nicacio, médico de emergencias en Bauru, en el estado de Sao Paulo.

“Para los otros casos sospechosos, solo prescribimos una cuarentena en el hogar durante dos semanas. Muchas personas infectadas no entran en los registros, sencillamente porque no pudimos analizarlas”, agrega.

Para Domingos Alves, los cálculos del grupo Covid-19 Brasil sirven para “alertar a la población de la verdadera dimensión de la pandemia, pues algunas personas tienden a bajar la guardia”.

La situación se complica aún más por el hecho de que el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro cuestiona las medidas de confinamiento adoptadas por los gobernadores en casi todos los estados, alegando que los daños económicos de la receta pueden ser más graves que la enfermedad.

Si la gente continúa saliendo, veremos escenas como en Guayaquil, en Ecuador, con personas que mueren en sus casas y cuerpos abandonados en la calle. En Manaos (Amazonas, norte), los hospitales ya están al borde de la saturación”, concluye.

- Test producidos localmente -

Dimas Covas, presidente del Instituto Butantan, encargado de coordinar los test en el estado de Sao Paulo (el más afectado por la pandemia en Brasil), reconoce que las cifras oficiales son inferiores a la realidad.

No debemos mirar por el retrovisor. Esto es solo el comienzo, estamos lejos de la cima y sabremos en las próximas dos semanas si estamos subiendo el Everest o una simple colina”, explicó la semana pasada en una rueda de prensa.

Para obtener datos más acordes con la realidad, confía en la llegada de 1,3 millones de pruebas importadas de Corea del Sur, de las cuales 725,000 fueron entregadas el martes.

Dependemos demasiado de los productos importados. Tendrían que fabricarse más pruebas en Brasil para responder rápidamente a la demanda”, dijo a la AFP Rejane Grotto, jefe de un laboratorio de la Universidad Estatal de Sao Paulo (Unesp).

Un desafío importante dados los sucesivos recortes en el presupuesto de investigación en los últimos años.

Algunas universidades recurrieron al apoyo financiero de empresas tecnológicas e incluso a campañas de recaudación de fondos por internet para desarrollar proyectos de test producidos localmente.


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