Puigdemont
Puigdemont

Los independentistas catalanes estaban el jueves camino a recuperar el liderazgo de la región, profundizando la crisis política en España y asestando un duro golpe al presidente español, Mariano Rajoy, y a los líderes europeos que lo apoyaron.

Con casi todos los votos escrutados, los partidos separatistas obtenían una mayoría absoluta de 70 escaños en la asamblea de 135 curules. Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña), el partido del expresidente Carles Puigdemont, retenía su posición como la mayor fuerza separatista.

Una nueva mayoría absoluta a favor de la independencia abre un capítulo nuevo e incierto, y genera dudas sobre la capacidad de Rajoy para contener una crisis que ha dañado la economía de España y provocó un éxodo empresarial desde la región.

La elección se convirtió de hecho en un referéndum sobre el apoyo al movimiento separatista luego que Rajoy destituyó al gobierno de Puigdemont, por celebrar en octubre una votación para separarse de España y por declarar unilateralmente la independencia.

Puigdemont hizo campaña en Bruselas desde el exilio que se autoimpuso luego de que las autoridades españolas pidieron su arresto por acusaciones de rebelión.

La victoria en las elecciones marca su redención después de que el movimiento secesionista perdió impulso en las semanas posteriores al referendo. Si vuelve a ser elegido presidente regional por el Parlamento no está claro si enfrentará un arresto a su regreso.

"La República Catalana ha ganado a la monarquía del (artículo) 155, que tomen nota (...) el Estado español ha sido derrotado", dijo Puigdemont, tras conocer los resultados y haciendo referencia a la norma que permitió la intervención de Madrid en la región.

Rajoy esperaba que la elección devolviera la "normalidad" a Cataluña bajo un gobierno afín a Madrid o con un gobierno nacionalista catalán que no buscara una separación unilateral.

Las potencias de la Unión Europea, Alemania y Francia, habían respaldado la posición de Rajoy, pese a que en algunos momentos criticaron sus métodos.

El resultado sacudió a los mercados mundiales, debilitando al euro y la confianza en las bolsas. Las encuestas de opinión habían previsto que los independentistas no conseguirían una mayoría absoluta.

En mítines en Barcelona, los simpatizantes coreaban cánticos a favor de Puigdemont y de la independencia, con algunas banderas regionales gigantes.

"Me siento feliz y aliviada. Queremos la independencia ahora, no queremos esperar más", dijo Elena Carreras, una profesora de 51 años.

El presidente español ha dicho que revocaría la intervención en Cataluña cualquiera que fuera el resultado, pero podría volver a imponerla si se vuelve a buscar la independencia en contravención a la legalidad española.

"Lo que esto muestra es que el problema para Madrid persiste y que el movimiento secesionista no va a desaparecer", dijo Antonio Barroso, subdirector de investigación de Teneo Intelligence en Londres.