Las pequeñas y medianas empresas (pymes) de Chile han caído en un círculo vicioso de pérdidas con motivo de las protestas contra la desigualdad en el país suramericano, que dejan ya 22 fallecidos en casi un mes desde el inicio del estallido social.

Mientras la ciudadanía se echa a la calle a diario para pedir reformas estructurales para conseguir una mejor salud pública, educación gratuita, pensiones dignas y precios más bajos en servicios básicos, emprendedores y dueños de pequeños negocios ven su economía dinamitada de forma directa o indirecta por las manifestaciones.

El Gobierno calculó en cerca de 6,800 las pymes que han sufrido violencia, vandalismo o destrucción desde el inicio de las protestas, el pasado 18 de octubre.

Empresas familiares que fueron levantadas por años con esfuerzo y sacrificio de emprendedores ahora ven perjudicado su sustento básico a consecuencia de las protestas.

Algunos negocios han sido saqueados, destrozados o incendiados en medio de las manifestaciones multitudinarias que se replican desde hace 29 días en Chile, aunque en este caso el mayor perjuicio lo han sufrido las grandes multinacionales como bancos, cadenas de farmacias, seguros de salud privados, supermercados o cadenas de comida rápida internacionales.

Los que no sufrieron la violencia de forma directa están afectados por una reducción drástica de clientes, una disminución de las horas de apertura de negocio y por problemas de provisión de suministros o de pago de cuentas.

Sólo en la primera semana de protestas hubo unas pérdidas comerciales de más de US$ 1,400 millones, según la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), de los que US$ 900 millones serían solamente en destrozos ocasionados por saqueos y destrucción de tiendas y los otros US$ 500 millones por la falta de ventas por los robos y los días en los que los comercios permanecieron cerrados.

Y hasta la fecha, las ventas del comercio han caído 10% anual desde el inicio de las protestas, y las de turismo y entretenimiento lo hicieron en 36%, según datos de la CCS.

Comercio devastado en el centro de Santiago

En Santiago de Chile, epicentro de la protesta en todo el país, las empresas de la zona cercana a la Plaza Italia, donde a diario se congregan miles de personas para mostrar su descontento, el paso de las semanas ha derivado en una generalidad de comercios cerrados.

La zona de la plaza y de la Alameda Bernardo O'Higgins, principal arteria de la capital chilena, son las más perjudicadas. Los saqueos, destrozos e incluso incendios en locales se extendieron sin lógica ni criterio desde los primeros días de manifestaciones y ahora las persianas bajadas son la tónica general en esa área.

Las movilizaciones sociales en la Plaza Italia, mayoritariamente pacíficas, terminan en enfrentamientos entre algunos grupos minoritarios de manifestantes con las Fuerzas Especiales de Carabineros y en medio de los disturbios es cuando ocurren los destrozos.

Según la Cámara Nacional de Comercio (CNC), solo en la región Metropolitana el 18% de los comercios han sufrido daños materiales y el 95% ha tenido que variar sus horarios de apertura para adecuarse a las manifestaciones.

Por parte, la CCS difundió que el 46% de las empresas del sector que consultó ha sufrido daños directos y la totalidad ha enfrentado costos por menores ventas.

Parapetos de madera y acero

Por esta situación la mayoría de los comerciantes han decidido cerrar sus locales y blindarlos con grandes tablones de madera y planchas de acero que cubran las cristaleras o las habituales persianas enrejadas de hierro, que no son suficiente para salvaguardar los comercios.

Un paseo por esta zona cero de los protestas es suficiente para encontrar numerosas cuadrillas de obreros soldando en andamios mientras colocan estas defensas reforzadas antes de que comience a llegar la gente en horas de la tarde a manifestarse.

Muchas pymes colocaron carteles en sus marquesinas en los que se leen frases como "empresa familiar, no saquear" o "negocio familiar del que dependen cuatro personas". Avisos que en la mayoría de las ocasiones libran a los negocios de sufrir daños.

Los pocos que aguantan abiertos

Sin embargo, entre locales absolutamente tapiados con estos elementos, algunas puertas permanecen abiertas en las mañanas, a la espera de que aparezca algún cliente.

Juan González, administrador de una librería a apenas 50 metros de la Plaza Italia, indicó a Efe que "no entiende" todavía cómo puede ser que su local no haya sido afectado, siendo que los vecinos bancos y farmacias fueron saqueados y destrozados: "La cosa es que nos respetan bastante, tenemos abierto todos los días".

Pese a luchar por permanecer con el negocio familiar activo, reconoció que las ventas cayeron 90%, aunque todavía llegan clientes en las mañanas.

A la vuelta de la esquina, René Cano, dueño desde hace 10 años de una tienda de bocadillos, indicó que algunos "infiltrados en las manifestaciones" intentaron forzar el cierre de su negocio, por lo que reforzaba sus marquesinas con grandes vigas de acero.

"Apoyamos la causa, apoyamos los motivos de la marcha, pero el tema son los desmanes que se generan después. Anda mucho "cabro" (joven) que se infiltra en la marcha y que se empieza a aprovechar de las circunstancias y busca locales donde pueda saquear. Ese es el gran problema", destacó.

Cano tiene su negocio funcionando al 40% y confesó que empieza a tener problemas con los pagos, los sueldos y los impuestos.

Sin clientes no hay liquidez y hay que pagar gastos

Desde la CNC informaron que la situación genera un bucle de pérdidas para las empresa que perjudica sustancialmente a las pymes y emprendedores.

Las protestas causan un descenso de clientes, por lo que los ingresos y la actividad comercial se reducen. Este hecho supone menos liquidez para los comercios y ahí comienzan las complicaciones con los pagos a proveedores y trabajadores.

Ayudas gubernamentales

El Ejecutivo anunció inyección de recursos por más de 13,000 millones de pesos (cerca de US$ 16 millones) en subsidios y créditos para apoyar a las pymes que se han visto afectadas.

Puso en marcha también medidas flexibles para hacer más llevaderas las obligaciones tributarias de las pymes, además de un sistema de financiación para las que sufrieron daños materiales producto de saqueos o destrozos.

Ampliar el pago del IVA, recuperación gratuita de documentos dañados o perdidos o créditos flexibles son algunas de las determinaciones del Gobierno para adecuar la situación comercial de estos pequeños negocios.

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