La inflación es un flagelo que hace décadas azota a los argentinos y dificulta la vida cotidiana.  (Foto: Getty Images).
La inflación es un flagelo que hace décadas azota a los argentinos y dificulta la vida cotidiana. (Foto: Getty Images).

José Luis Rodríguez dice que el dinero que gana como albañil no le alcanza para vivir por la escalada de precios en . Como a muchos otros, una que en marzo superó el 6.5% le dificulta salir de la pobreza.

“La plata no rinde nada hoy en día, la verdad es que no rinde. Si yo me llego a enfermar, no sé quién le va a dar de comer a mi familia”, dijo Rodríguez mientras levantaba una pared en una obra en construcción.

El miércoles, se dio a conocer el índice de precios al consumidor de marzo, que fue de 6.7%, el más alto en décadas, superando lo que anticipó el lunes el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien busca que el país deje atrás una larga crisis económica.

“No podés estar sin trabajar, no hay para comida, no alcanza y yo la lucho, la peleo con el trabajo, pero está bravo (difícil)”, agregó Rodríguez.

La inflación es un flagelo que hace décadas azota a los argentinos y dificulta la vida cotidiana. Junto a una profunda recesión -agudizada por la pandemia de COVID-19- que el país dejó atrás el año pasado, ha golpeado principalmente al sector más pobre de la sociedad.

Para el 2022, los especialistas consultados por el banco central proyectan una inflación del 59.2%.

“La situación de pobreza en Argentina es bastante seria. Venimos con problemas estructurales desde hace más de 20 años y, en ese contexto, han caído en el país los efectos y la crisis económica y sanitaria de la pandemia”, dijo Eduardo Donza, investigador de la Universidad Católica Argentina (UCA).

“Un tercer componente muy serio en Argentina es el proceso inflacionario, un aumento indiscriminado de precios que lleva a que los ingresos de las familias no puedan recuperar los ingresos perdidos”, agregó.

La pobreza en Argentina alcanzaba al 37.3% de la población en el segundo semestre del 2021, según datos difundidos a fines de marzo por el Instituto Nacional de Estadística y Censos.

Si bien esta cifra representó una caída desde el 40.6% registrado en el semestre anterior, es habitual ver argentinos cortar calles en el centro de Buenos Aires en reclamo de más trabajo y subsidios sociales del Estado.

“Son necesarios los planes (subsidios) y las transferencias del Estado, pero son meramente un parche, son una cuestión de emergencia que en Argentina se hizo una cuestión estructural. Si no mejora el mercado de trabajo, no va a mejorar la calidad de vida de la población. Y para que mejore el mercado de trabajo, tiene que mejorar la estructura productiva”, consideró Donza.

La tercera economía de América Latina cerró en marzo un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reprogramar deuda por unos US$ 44,000 millones, que establece, entre otras metas, una reducción de la inflación. Pero hay dudas entre analistas de mercado sobre el cumplimiento de las metas.