Un 44% de los ucranianos estimaban que su país debía entrar en la OTAN, frente a un 46% del mes anterior, antes de la guerra.
Un 44% de los ucranianos estimaban que su país debía entrar en la OTAN, frente a un 46% del mes anterior, antes de la guerra.

Renunciar a la adhesión a la o establecer la neutralidad de son dos temas clave que exige y que el presidente ucraniano reconoció que pueden ser examinados, pero que necesitarían enmiendas constitucionales o un referéndum, dos alternativas vetadas en tiempo de guerra.

Ambición de la OTAN en la Constitución

“Hay que reconocer” que Ucrania no va a poder adherir a la OTAN, declaró el presidente ucraniano Volodimir Zelenski el 15 de marzo.

El presidente indicó que durante años su país escuchó que las puertas están abiertas, pero que también les dijeron que no iban a poder entrar.

“Es la verdad y eso hay que reconocerla”, indicó en una declaración interpretada como un abandono del plan de entrar en la Alianza Atlántica y que fue percibida por una parte de la sociedad ucraniana como una concesión inaceptable.

Las aspiraciones de Ucrania de entrar en la OTAN están inscritas en la Constitución del país, pero ésta no puede ser enmendada si hay ley marcial, como es el caso actual, ni tampoco cuando rige el estado de emergencia.

La renuncia a esta perspectiva debe ser aprobada en dos sesiones en el Parlamento con 300 votos sobre 450 y validada por la Corte Constitucional.

Para Olga Aivazovska, directora de la ONG ucraniana Opora, especializada en elecciones y el referéndum, las declaraciones sobre la OTAN son “abstractas”.

“Ucrania no es candidata para unirse a la OTAN y no hay un plan de acción para la adhesión. Las declaraciones del presidente no tienen un valor jurídico, contrariamente a la Constitución. El presidente verbaliza el contenido de discusiones que están en curso y las exigencias del país agresor”, destacó.

“La concesión menos dolorosa”

“Hoy en día, no va a haber más de 300 voces, pero si el conflicto dura y se ve que la OTAN no ayuda, la opinión podría cambiar”, analizó el politólogo ucraniano Volodimir Fesenko.

“La decepción de Zelenski con respecto a la ayuda insuficiente de la OTAN se traduce en la opinión pública y de nuestro lado la concesión la más simple y la menos dolorosa es la OTAN”, indicó.

Según el último sondeo del grupo Rating realizado a principios de marzo, un 44% de los ucranianos estimaban que su país debía entrar en la OTAN, frente a un 46% del mes anterior, antes de la guerra.

“Los ucranianos quieren entrar en la OTAN, pero si Europa garantiza la adhesión a la Unión Europea y propone un plan financiero para reconstruir Ucrania, el debate de la OTAN podría quedar olvidado durante un tiempo”, indicó por su parte Mikola Davidiuk, analista política que está en Kiev.

El experto indicó que si el Reino Unido, Francia y Estados Unidos, tres potencias nucleares, se presentan como garantes, una alianza de este tipo sería más fuerte que la integración en la OTAN.

Referéndum sobre la “neutralidad”

La cuestión de la “neutralidad” de Ucrania - uno de los temas centrales de las negociaciones con Rusia para poner final al conflicto - está siendo “estudiada en profundidad”, afirmó el domingo Zelenski en una entrevista con medios rusos.

El mandatario afirmó que está “dispuesto a aceptar” una cláusula de la negociación sobre “las garantías de seguridad y de neutralidad y el estatuto de desnuclearización” del Estado, una exigencia de Moscú.

El acuerdo entre los dos beligerantes debería ser ratificado “de forma obligatoria por los parlamentos de los países garantes” y luego debe ser sometido a un referéndum.

“Los referendos, como las elecciones, no pueden ser organizadas durante la guerra”, explicó Aivazovska.

Para la experta se puede hablar después de una fase activa, pero indicó que es probable que los ciudadanos no apoyen el tema en el referéndum y que el poder esté obligado a tomar en cuenta este resultado.

“A diferencia de otros países, en Ucrania los referéndum no son consultivos, son vinculantes, y deben ser puestos en marcha por los órganos de poder”, destacó Aivazovska.