El gobierno venezolano tomó control de la filial de la empresa estadounidense de alimentos , luego que hoy cesara sus operaciones por el acelerado deterioro económico del país.

Durante un acto de campaña para las presidenciales del domingo, en las que busca reelegirse, el mandatario dijo que las autoridades reabrieron la planta y producirá en manos de "la clase obrera".

Ante miles de seguidores en la ciudad de Valencia (norte), denunció que el cierre busca "asustar al pueblo" en vísperas de los comicios, cuyos resultados no reconocerán Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos.

"¡Imperialistas, oligarcas, a este pueblo no lo asusta nadie! Este pueblo tiene un presidente y un gobierno que lo protege", lanzó en medio de aplausos, y añadió que pedirá una orden de captura internacional contra los dueños y accionistas.

El fabricante de cereales cerró hoy las puertas de su factoría en Maracay (130 km al oeste de Caracas), finalizando 57 años de actividades en el país, que durante años fue considerado un paraíso para empresas estadounidenses.

"El deterioro de la situación económica y social ha obligado a que la compañía detenga sus operaciones y salga del país", anunció en un comunicado la firma, que cubre 50% del mercado venezolano.

Agregó que "todos los activos, compromisos y garantías legales han sido cubiertos por a favor de sus empleados, clientes y proveedores".

Aunque la firma indicó que la distribución de productos y el uso de la marca quedan suspendidos, enfatizó que "Kellogg va a seguir produciendo" y que el cierre es ilegal.

"Es una lástima que el sector privado no pueda operar abiertamente en el país ahora y Kellogg es una muestra", reaccionó el encargado de negocios de Estados Unidos en Caracas, Todd Robinson.

Pérdidas millonarias
La decisión sorprendió a los trabajadores - unos 300 - que se encontraron con la reja de la fábrica encadenada y un aviso de cierre.

"Buscaremos retomar nuestras operaciones en Venezuela una vez que las condiciones del país así lo permitan", indicó Kellogg en el texto enviado a AFP.

El cierre se suma al de otras multinacionales en los últimos años por la debacle del país petrolero, como las estadounidenses General Motors, Kimberly-Clark y Clorox.

Otras, como Coca Cola y Colgate, han cesado temporalmente o recortado operaciones.

General Motors, principal constructor de automóviles de Estados Unidos y presente en Venezuela durante 69 años, tenía paralizada su planta antes de que el gobierno la expropiara, decisión que llevó al despido de 2,700 empleados.

Las multinacionales lidian con millones de dólares de pérdidas ante un caos económico en el cual la moneda local, el bolívar, se ha devaluado 95% desde febrero.

Por ello, Kellogg separó contablemente su negocio en Venezuela a fines del 2016, y "operaba como una empresa aparte", explicó el comunicado.

En julio del 2017, la papelera Kimberly-Clark también fue intervenida tras cesar operaciones. Entonces, debió pasar a pérdidas unos US$ 153 millones.

Además de la devaluación, la hiperinflación -que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) alcanzará 13,800% en el 2018-, las escasez de divisas que monopoliza el Estado, y los controles de precios, hacen que las compañías no puedan calcular con precisión sus ingresos en Venezuela.

Una docena de aerolíneas extranjeras emigraron desde el 2014, por deudas que rondan los US$ 3,800 millones.

En punto crítico
El impacta uno de los sectores más golpeados por la crisis: el de alimentos, muchas veces escasos o impagables, ya que el ingreso básico solo da para medio kilo de carne.

La escasez de insumos -que no pueden ser importados por falta de dólares - provoca que el sector privado solo pueda abastecer 25% del consumo, frente a 70% del 2008, según Fedeagro.

La producción de maíz blanco -básico en la dieta nacional-, solo cubre 20% de la demanda, pero también son críticos renglones como arroz (34%), azúcar (20%) y hortalizas (25%), de acuerdo con el gremio. A ello se suma que 85% de la maquinaria agrícola es obsoleta.

No solo las empresas extranjeras están golpeadas. El Grupo Polar, mayor productor de alimentos del país, se ha visto obligado a parar líneas de producción como la harina de maíz y la cerveza, por falta de materia prima.