Ryanair (Foto: Getty)
Ryanair (Foto: Getty)

El piloto de un avión de que fue desviado a el mes pasado, permitiendo el arresto de un periodista bielorruso disidente, no tuvo otra opción que aterrizar en Minsk, aseguró el presidente ejecutivo de la aerolínea de bajo costo.

El CEO de Ryanair, Michael O’Leary, compareció ante una comisión parlamentaria en Londres para dar testimonio sobre lo ocurrido el 23 de mayo cuando el vuelo, que iba de Grecia a Lituania, fue desviado para aterrizar en la capital de Bielorrusia. El periodista opositor Raman Pratasevich, quien era uno de los pasajeros, fue arrestado al aterrizar.

Los controladores aéreos, contó O’Leary, dijeron al piloto de la nave que había “una amenaza creíble” de que si el avión entraba en el espacio aéreo lituano “sería detonada una bomba colocada a bordo”.

El capitán pidió varias veces comunicarse con el centro de operaciones de Ryanair, pero los controladores aéreos en Minsk le dijeron —falsamente— que la gente de la aerolínea “no estaba contestando el teléfono”, narró O’Leary.

“Esto claramente fue una violación premeditada de todas las reglas normas y seguridad de la aviación internacional”, enfatizó.

Añadió que el piloto fue colocado “bajo una presión considerable” para aterrizar en Bielorrusia en vez de las alternativas más cercanas, como Polonia u otros países bálticos.

“No se le obligó específicamente, pero no se le dieron alternativas viables”, comentó O’Leary.

Una vez que la nave aterrizó, entraron “varios individuos no identificados” con cámaras de video, dijo O’Leary.

Entonces “intentaron repetidamente que la tripulación dijera en el video que desviaron voluntariamente el avión a Minsk”, destacó el ejecutivo. La tripulación se negó.

Los países occidentales han calificado el incidente de un descarado secuestro aéreo por parte del gobierno bielorruso.

La Unión Europea impuso sanciones al país, incluso la prohibición de entrar a su espacio aéreo y prohibiendo a todas las aerolíneas europeas entrar en el espacio aéreo bielorruso. Las autoridades británicas tomaron medidas similares.

O’Leary se declaró en contra de mantener dichas prohibiciones a largo plazo.

“No podemos tener una situación en la que nuestras aerolíneas, nuestros clientes y nuestros ciudadanos estén constantemente bajo riesgo de ser secuestrados o desviados bajo excusas falsas”, expresó.

“Sin embargo, de igual manera, muchos más ciudadanos británicos se verán ahora afectados por el hecho de que, por ejemplo, los vuelos entre Reino Unido y Asia ahora serán más largos porque tendrán que volar alrededor de Bielorrusia para evitar entrar en el espacio aéreo bielorruso”, añadió.

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