EE.UU. (Foto: EFE).
EE.UU. (Foto: EFE).

Una campaña concertada de piratería y desinformación rusa en el 2016 buscó inclinar las elecciones presidenciales de Estados Unidos hacia . Hoy, dos semanas antes de las elecciones legislativas, los agentes de Moscú vuelven a la carga.

El cierre de miles de cuentas de y controladas por Rusia, más las acusaciones de 14 personas de la notoria granja de "trolls" de ese país, la Internet Research Agency (IRA), provocaron un fuerte golpe pero de ninguna manera detuvieron los esfuerzos rusos para influir en la política estadounidense.

El grito de guerra #MAGA de los seguidores de Trump -acrónimo de su eslogan de campaña "Make America Great Again"- sigue siendo el principal hashtag entre los 18,000 tuits que publican diariamente cientos de cuentas de Twitter respaldadas por Rusia y monitoreadas por Hamilton 68, una operación de seguimiento lanzada por la Alliance for Securing Democracy, un ente no gubernamental en Washington.

"Después de la elección en 2016, se habló mucho sobre si los rusos volverán en 2018", dijo Suzanne Spaulding, asesora principal del Programa de Seguridad Nacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. "Ahora lo sabemos: nunca se fueron".

El viernes, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció cargos de conspiración criminal contra el empleado de IRA que administra las decenas de millones de dólares destinados a operaciones de desinformación en Estados Unidos y Europa.

La parte acusadora evocó mensajes en línea desde cuentas de IRA, que se hacían pasar por estadounidenses, y destinadas a atizar los odios políticos.

Esos mensajes divisivos podrían influir en los comicios del 6 de noviembre, donde el porcentaje de participación es crucial en ciertas circunscripciones.

"Campaña para socavar la democracia"
Sin embargo, eso no es lo que más preocupa a los expertos.

"La mayor preocupación es sobre socavar la confianza pública en la credibilidad del resultado de la elección", dijo Spaulding. "Es realmente una campaña más amplia para socavar la democracia".

En el 2016, según la inteligencia de Estados Unidos, el presidente ruso Vladimir Putin supervisó un esfuerzo concertado para quebrantar las elecciones y alejar a los votantes de Hillary Clinton para ayudar a la campaña de Trump.

Esto incluía a piratas informáticos del cuerpo de inteligencia militar GRU que irrumpieron en las computadoras y las comunicaciones de la campaña de Clinton para robar documentos que luego se filtraron para avergonzarla.

Por separado, el IRA realizó una gran campaña de desinformación innovadora en las redes sociales que avivó la ira, la confusión y las divisiones, y también tenía como objetivo impulsar a Trump.

Esto continuó después de las elecciones, hasta hace un año cuando Twitter cerró cientos de cuentas que identificó como parte de la interferencia política de Rusia.

Pero surgieron nuevas cuentas, muchas de ellas bots automatizados. En lugar de crear contenido, amplificaron la enorme cantidad de material que ya existe, dijo Bret Schafer, quien supervisa el sitio web de Hamilton 68.

"Ahora las personas que se sientan en el IRA en San Petersburgo, ni siquiera tienen que crear estas cosas. Se crean para ellas".

Retuiteando a estadounidenses enojados

Un ejemplo, dijo Ben Nimmo, quien dirige el Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, fue la intensa batalla en línea de dos semanas sobre el candidato de Trump a la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, en setiembre.

La enorme cantidad de informes falsos y ataques personales virulentos en las redes sociales provino en gran parte de cuentas estadounidenses, dijo. Los rusos solo necesitaban subir el volumen, retuiteando y reposteándolos, lo que se puede hacer con bots.

"Hay una gran cantidad de estadounidenses enojados en ambos lados. Son más que capaces de generar tráfico masivo por sí mismos", dijo Nimmo.

Después de que Twitter lanzó una segunda barrida de cuentas falsas hace varias semanas, el volumen de la actividad rusa se ha reducido drásticamente, señaló el experto.

Desde entonces, subrayó, "definitivamente han hecho mayores esfuerzos por cubrir sus huellas".

Dos semanas antes de los comicios, el sitio Hamilton 68 muestra que Moscú no se ha rendido, aun si la intensidad de sus esfuerzos se ha reducido.

Para James Lewis, un experto en Rusia y ciberseguridad del CSIS, Rusia está perfeccionando su técnica para la próxima elección y no para intentar influir en las legislativas. "Podrían estar guardando sus mejores trucos para el 2020", dijo.