(Foto: Difusión)
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Las grandes ligas europeas sólo tienen un objetivo: reanudar la competición lo antes posible para evitar la quiebra, pero tomar una decisión precipitada luego del final del confinamiento expondría a los jugadores al riesgo de lesiones, por no hablar de la desigual competencia entre los clubes que hayan estado más o menos tiempo inactivos.

La primera cuestión que se plantean los entrenadores es: después de un parón tan largo, ¿cuánto tiempo precisan los jugadores para recuperar su nivel, y sobre todo, para evitar los problemas musculares?

"Eso depende de la duración del confinamiento", explica el español Juanjo Del Ojo, preparador físico del Mónaco. "Si dura de cinco a seis semanas necesitaríamos un mínimo de 3 semanas antes de poder regresar a la competición con seguridad y un riesgo de lesiones reducido".

Casi dos meses de parón "es muchísimo", afirma por su parte el también preparador físico Xavier Frezza, preguntado por la AFP, que trabaja con futbolistas de la primera división francesa: "Los jugadores nunca vivieron eso en su vida. Un jugador profesional sólo vive un parón de tres a cuatro semanas en verano y aún así muchos hacen mantenimiento. Dos meses se les va a hacer realmente extraño".

"Algunos estudios establecen una correlación entre el número de sesiones completas efectuadas antes de la reanudación de la competición y una disminución de las lesiones", advierte Juanjo del Ojo.

Máxima intensidad

Los riesgos son mayores por lo que la reanudación no se parecerá en nada a un inicio normal de temporada, donde la puesta a punto es progresiva.

Habida cuenta del retraso en los calendarios, los clubes deberán gestionar semanas con dos partidos, y para muchos de ellos serán decisivos, de alta intensidad: por el título, los puestos europeos, la permanencia...

Inevitable que surja otra cuestión crucial: ¿los clubes que hayan vuelto a los entrenamientos los primeros tendrán una ventaja extra sobre los que hayan tenido que permanecer más tiempo inactivos?

La duda planea especialmente en Alemania, hasta el punto de que la Liga (DFL) envió una circular a todos sus clubes en marzo pidiéndoles no reanudar los entrenamientos colectivos antes del 5 de abril, fuesen cuales fuesen las condiciones del confinamiento.

Por el momento, las normas sanitarias de una región a otra son demasiado diferentes como para armonizar las prácticas. Pero, como estima por ejemplo el director deportivo del Fortuna Düsseldorf, Thomas Röttgermann, "la decisión de autorizar o no los entrenamientos colectivos debería ser tomada obligatoriamente a nivel nacional, para asegurar la igualdad de oportunidades en el momento de la reanudación de la competición".

‘Igualdad de oportunidades’

"Una semana de diferencia es cierto que física y técnicamente puede marcar una diferencia abismal", confirma Xavier Frezza.

Aquellos que, como en el Leipzig, no llegaron nunca a estar confinados en sus hogares y prosiguieron con los entrenamientos sobre el césped, aunque sin contacto físico, gozarán de una clara ventaja. "Mis jugadores no han perdido mucho", aseguró el entrenador del RB Julian Nagelsmann, "estarán de nuevo en forma en una semana y media o dos".

Pero ese no será el caso para todos. Los resultados de los partidos, en caso de reanudación prematura, podrían reservar sorpresas a los aficionados y a los apostantes.

Para los futbolistas confinados la disciplina personal durante el periodo de inactividad jugará un rol primordial. Los que se hayan cuidado y evitado el aumento de peso regresarán en condiciones netamente mejores que los que hayan descuidado sus obligaciones.

De ahí iniciativas como las del Bayern de Múnich, que dispuso desde el primer día del confinamiento un entrenamiento colectivo obligatorio por videoconferencia, para al menos conservar la forma y el espíritu de equipo.