Miguel Díaz-Canel. (Foto: Bloomberg).
Miguel Díaz-Canel. (Foto: Bloomberg).

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acusó al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, de haber lanzado una "provocación" al pretender activar un título de la polémica ley Helms-Burton que permitiría a estadounidenses reclamar propiedades confiscadas tras la Revolución.

"Rechazamos enérgicamente esta nueva provocación injerencista, amenazadora, prepotente, violatoria del derecho internacional", tuiteó Díaz-Canel desde su cuenta oficial un día después del anuncio de Pompeo, también replicado por el Ministerio de Exteriores de Cuba y su canciller, Bruno Rodríguez Parrilla.

El presidente cubano consideró que "el Gobierno de los Estados Unidos demuestra su desprecio hacia el resto del mundo" por anunciar una revisión del título III, actualmente en suspenso, de la Ley Helms-Burton de 1996.

Esta disposición legal especifica que los estadounidenses -entre ellos cubanos nacionalizados- pueden demandar ante la Justicia de Estados Unidos a las compañías de cualquier país que se beneficien de las propiedades que fueron nacionalizadas por el Gobierno cubano tras la llegada al poder de Fidel Castro hace seis décadas.

"No permitiremos el chantaje político, tenemos razones y verdades suficientes y legítimas para enfrentar tanta hostilidad y desprecio. Con nuestras convicciones #60YMás #SomosCuba #SomosContinuidad", añadió en un segundo tuit Díaz-Canel, que en abril del 2018 reemplazó a Raúl Castro como dirigente del Estado caribeño.

Por su parte, la Cancillería de Cuba explicó en un comunicado que, de aplicarse el título III, "cualquier cubano vería cómo se presentan ante tribunales de los Estados Unidos demandas por la propiedad de la vivienda que ocupan, el centro de trabajo donde laboran, la escuela a la que asisten sus hijos, el policlínico donde reciben atención médica".

Según La Habana, este nuevo movimiento del Gobierno estadounidense "constata la pretensión de usurpar a los cubanos la riqueza del país".

El título III de la ley Helms-Burton, que endureció el embargo a la isla, ha sido suspendido periódicamente desde su creación en 1996 por todos los Gobiernos de Estados Unidos, desde el encabezado por el presidente demócrata Bill Clinton (1993-2001) hasta el actual, liderado por el republicano Donald Trump.

Un día antes de cumplirse el plazo para notificar al Congreso su decisión al respecto, Pompeo anunció que mantendrá la suspensión solo durante 45 días -en vez del periodo usual de 6 meses- para revisar el título III teniendo en cuenta los "intereses nacionales" de Estados Unidos y el comportamiento del Gobierno cubano.

El secretario de Estado de Estados Unidos adelantó que, para decidir si recuperar o no el título III, tendrá en cuenta los "esfuerzos" de su país "para acelerar la transición a la democracia en Cuba" y valorará "factores como la brutal opresión del régimen cubano a los derechos humanos y las libertades fundamentales".

También examinará el "apoyo indefendible" que, a su juicio, Cuba ofrece a "los regímenes cada vez más autoritarios y corruptos en Venezuela y Nicaragua".

El ministro de Exteriores cubano ya rechazó, vía Twitter y apenas dos horas después de producirse, el anuncio de su homólogo estadounidense, que calificó como un "chantaje político".

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