(Foto: EFE)
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Más prácticos, más coloridos y sobre todo más difíciles de falsificar, así son los nuevos billetes de 100 y 200 euros que entran en circulación este martes y que concluyen la serie la segunda impresión de billetes de euros que comenzó en el 2013 con los de cinco euros.

"Estos nuevos billetes de 100 y 200 euros se diferencian en tres aspectos con los anteriores: son más prácticos, más coloridos y más seguros", explica la responsable de la Sección de Antifalsificación del , Paloma Varela, en Roma.

Los billetes de 100 euros se han imprimido en España, Francia, Alemania, Austria e Italia, y el de 200 euros en Austria, Francia e Italia. En este último país se han fabricado en Roma, en la imprenta ubicada en el interior de su banco central.

El BCE y el Banco de Italia han organizado por primera vez en la historia del euro un recorrido informativo con un grupo reducido de medios, entre ellos EFE, por el interior de una imprenta dedicada a producir estos billetes.

En esta imprenta romana, más de 200 empleados han trabajado durante meses, primero en dos turnos de siete horas y en las últimas semanas en uno único de nueve horas.

En este tiempo, han imprimido millones y millones de euros que han custodiado con la máxima seguridad en una gran caja fuerte, que llaman "La Sacristía", y después los han trasladado en camiones a los distintos bancos centrales de los países de la , para que entren en circulación este martes.

La imprenta del Banco de Italia está rodeada de numerosas cámaras de seguridad, tanto en el exterior como en el interior, y se accede al recinto después de pasar varios controles policiales y sin ningún dispositivo móvil.

El espacio está dividido en tres grandes áreas, una primera en la que grandes pliegos reciben la impresión de color, una segunda en la que se añaden los elementos de seguridad como la numeración o el relieve, y una última, totalmente automatizada, en la que los pliegos se cortan, se agrupan en fajos, se envuelven en plástico y se embalan en cajas.

En todos los procesos, varias personas comprueban constantemente que los billetes sean iguales y si tienen algún defecto se destruyen automáticamente.

Los nuevos billetes de 100 y 200 euros son los últimos de la serie Europa, pues el de 500 euros se dejó de producir en el año 2016, y convivirán con los antiguos, que seguirán siendo de curso legal.

Estos nuevos billetes, que cambian por primera vez su diseño, son más prácticos porque, tal y como subraya Varela, se ha reducido "el tamaño para que tengan el mismo alto que los de 50 euros, de manera que es más fácil utilizarlos, sacarlos y meterlos en los monederos".

No obstante, su longitud no se ha modificado, es superior cuanto mayor es el valor del billete, una manera de ayudar a las personas con discapacidad visual.

Son además más coloridos, porque incluyen una gran gama de tonos intermedios, entre el verde y el amarillo, que los hacen más atractivos al público.

En tercer lugar, incorporan elementos de seguridad nuevos e innovadores: un holograma con satélite y un número verde esmeralda mejorado, con los que el y los bancos centrales "han tratado de poner el listón más alto para los falsificadores".

La autenticidad de los billetes es fácil de comprobar con el método "toque, mire, gire", indica Varela, pues "si se toca el billete por los dos extremos se nota una impresión en relieve".

"Si miramos el billete al trasluz podremos ver que la princesa Europa aparece en dos zonas del billete, en la parte izquierda, en la marca de agua, y en la parte derecha, en la banda metálica, en una ventana que hay", añade.

Por último, los billetes presentan dos novedades que no tienen los anteriores de la misma serie: el número verde esmeralda pasa a ser azul oscuro cuando se gira el billete y hay un holograma con satélite, que muestra pequeños símbolos euro que se mueven alrededor del número que indica el valor del billete y que se aprecian con más claridad bajo una luz directa.

Se han tardado seis años en preparar y poner en circulación la serie Europa al completo, aunque previamente "el BCE y los bancos centrales trabajaron durante varios años para establecer el diseño, las características de seguridad que incluirían y preparar los billetes para la producción masiva".