(Foto: Difusión)
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Las restricciones más laxas contra el que hay en Madrid en comparación con otras zonas de y de están atrayendo a turistas internacionales como los franceses, con la polémica de si forman parte de un “turismo de borrachera” o están interesados más bien por los planes culturales.

Aunque la polémica se arrastra desde hace meses, la convocatoria de elecciones regionales en y la consiguiente campaña electoral han terminado poniendo el foco en un tema que ya estaba en la calle y en los medios de comunicación españoles y europeos.

Desde la izquierda, la candidata de Más Madrid a las elecciones de la Comunidad, Mónica García, acusó a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de convertir la capital en el “after” de Europa al provocar en su opinión un “efecto llamada” del “turismo de borrachera”.

“Parece que no le importa que vengan los turistas franceses a estar en fiestas ilegales”, añadió.

La embajada de Francia en España le respondió en Twitter: “No hacen falta ni alcohol ni alfombra roja... Como a todos los europeos, a las ‘hordas’ de franceses siempre nos gustarán Madrid y España. Desde la embajada, seguiremos trabajando con el Gobierno y todas las comunidades autónomas para luchar contra la pandemia”.

Tanto Ayuso como el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, han negado este jueves la existencia de un “turismo de borrachera” en Madrid y aseguran que los visitantes internacionales están interesados principalmente por la cultura y la gastronomía.

“Somos la única gran capital europea que en estos momentos tiene abierta prácticamente toda la cultura, y ese es un atractivo innegable”, ha defendido Almeida.

Ayuso ha ido más allá al decir que Madrid “es entre muchas cosas, libertad, cultura, deporte, gastronomía y benditos bares y restaurantes” frente a los “creadores de la turismofobia” que dicen que “Madrid solo ofrece borracheras”.

Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a principios de marzo, la Comunidad de Madrid recibió en enero 45,559 turistas internacionales, lo que supone un descenso de 92.5% por efecto de la pandemia y también una reducción en el gasto de 93.23% respecto al mismo mes del 2020.

Los turistas de América (sin contar Estados Unidos) fueron los más numerosos en Madrid en enero, un 21.6% del total, por delante de los franceses, que supusieron un 16.7%.

Sin embargo, el foco está puesto desde hace meses en los turistas franceses ya que, según fuentes policiales, los jóvenes de esta nacionalidad son los extranjeros que participan en mayor medida en fiestas ilegales celebradas en pisos turísticos de Madrid.

Influye la facilidad de acceso, por cercanía, y que cuenten con paquetes vacacionales para venir a la capital, donde las fronteras terrestres con otras regiones han permanecido abiertas excepto en las navidades y los puentes.

Estos cierres perimetrales puntuales, que se repetirán en Semana Santa, no afectan al tránsito de los viajeros de la UE en el aeropuerto de Madrid Barajas, aunque deben presentar una PCR negativa para entrar.

Francia mantiene cerrados desde finales de octubre los bares, restaurantes y locales de ocio, así como los teatros, museos y cines, y recientemente ha endurecido las medidas en los 16 departamentos más afectados por el coronavirus, incluida la capital, que deberán cerrar todos los comercios no esenciales.

Una situación que contrasta con la Comunidad de Madrid, donde los bares, restaurantes, tiendas, teatros, cines y museos sólo estuvieron cerrados en los meses más duros de la pandemia, cuando se decretó el confinamiento en toda España.

En la actualidad, tan sólo hay restricciones de movilidad en cinco zonas de la Comunidad de Madrid con una alta incidencia de coronavirus donde no está permitido entrar ni salir salvo por motivos justificados, como ir a trabajar.

En toda la región hay toque de queda de las 23:00 a las 6:00 horas y los establecimientos de hostelería tienen que cerrar a las once de la noche, aunque no pueden admitir nuevos clientes a partir de las diez.