El complejo proceso del dio lugar a una serie de términos técnicos y neologismos a menudo ininteligibles, un glosario ahora enriquecido por la decisión del primer ministro de suspender la sesión parlamentaria durante más de un mes.

- Brexit:

Contracción de dos palabras inglesas, “British” y “exit”, significa la salida de de la UE.

Su etimología se remonta a la aparición en 2012 de “Grexit”, término inventado por dos economistas de para definir el riesgo de exclusión de Grecia de la Eurozona.

- Duro o blando:

La versión dura del Brexit, que defienden los euroescépticos, consiste en una ruptura neta con la UE, mediante un acuerdo comercial de mínimos o directamente sin acuerdo.

Una versión blanda, por su parte, mantendría a Reino Unido estrechamente vinculado a la UE. Sus detractores afirman que el acuerdo de la anterior primera ministra corresponde a este tipo, pero existen versiones mucho más blandas, que dejarían al país en el “mercado único europeo” o una “unión aduanera” con Europa.

- Prorrogación o aplazamiento:

En el, este término designa la suspensión durante unos 10 días de las sesiones parlamentarias, que se reanudan con un tradicional discurso de la reina, quien inaugura un nuevo ejercicio exponiendo el programa legislativo del gobierno.

Johnson anunció el miércoles, provocando una ola de protestas, que los diputados, habitualmente en receso durante tres semanas en septiembre coincidiendo con las conferencias anuales de los partidos, no volverán al trabajo hasta el 14 de octubre, dos semanas antes de la fecha prevista del Brexit.

- Artículo 50:

También conocido como "cláusula de retirada", fue introducido en la legislación europea por el Tratado de Lisboa del 2007.

Rige el procedimiento que debe seguir un país para abandonar el bloque. Reino Unido es el primer miembro que lo utiliza.

- Tratado de Retirada:

Es el nombre oficial del acuerdo de divorcio, un documento legal vinculante firmado en noviembre entre el gobierno británico y la UE, rechazado en tres ocasiones por el Parlamento británico.

En sus 585 páginas, garantiza que Londres paga la parte del presupuesto europeo a la que ya se comprometió, protege la situación de cinco millones de expatriados europeos y británicos tras el Brexit y preserva el Acuerdo de Paz de 1998 en Irlanda del Norte evitando el retorno de una frontera cerrada con la vecina República de Irlanda previendo, si es necesario, una "salvaguarda" de último recurso.

- Declaración política:

Firmada por todos los líderes europeos, acompaña al Tratado de Retirada marcando las grandes líneas de la futura relación que la UE y Reino Unido deben negociar tras el Brexit en materia de comercio, seguridad o defensa.

Según este texto, de 26 páginas, esta relación debe ser "lo más estrecha posible".

- Salvaguarda:

La solución definitiva para evitar una frontera en la isla de Irlanda debe ser el futuro acuerdo de libre comercio que Londres y Bruselas quieren negociar y que regiría al término de un período de transición inicialmente previsto hasta el 31 de diciembre del 2020 pero prolongable hasta finales del 2022.

Sin embargo, si al término de ese plazo siguen sin haber hallado una solución, entraría en vigor la "salvaguarda" que consiste en mantener una "unión aduanera" entre la UE y Reino Unido. Además, Irlanda del Norte mantendría las normas del "mercado único" necesarias para evitar una frontera clásica, como las relativas a los productos agrícolas o las fitosanitarias.

- Unión aduanera:

La UE tiene la principal unión aduanera del mundo, constituida por sus 28 Estados miembros -contando a Reino Unido- a los que se suman Turquía, Andorra, Mónaco y San Marino.

Sus miembros abolieron los aranceles y las restricciones al comercio y adoptaron una política comercial común respecto a terceros países. El gobierno británico quiere salir de ella para poder firmar sus propios acuerdos bilaterales.

- Mercado único:

Denominado también mercado interior, permite la libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales -denominadas las "cuatro libertades"- entre los países miembros.

El gobierno británico quiere salir de él para poder limitar la inmigración europea en su país.